La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, salió este martes a calmar a las masas y a defender al Tesoro. La ministra volvió a recordar el trabajo que han hecho los funcionarios públicos para reducir las emisiones de deuda y alargar la vida de ésta aprovechando la coyuntura de los bajos tipos de interés. Un trabajo impecable, según todos los analistas consultados por Vozpópuli, pero si se pone el foco en la letra pequeña, las noticias no son tan buenas.
Calviño dijo que España sólo tiene que refinanciar este año el 15% de la cartera de deuda. En porcentajes parece algo anecdótico, pero si se traslada a cifras reales, el monto alcanza los 162.500 millones de euros. Por poner en contexto esta cifra, todos los banco del Ibex 35 vale en la actualidad algo más de 99.000 millones de euros.
El bono español a diez años está ahora mismo en rentabilidades del 2,2% y llegó a estar muy cerca del 3%, después de que el Banco Central Europeo anunciara el fin de los tipos negativos y sobre todo el fin de la compra de deuda con el programa de emergencia de la pandemia. Esto provocó un ligero shock en las primas de los países periféricos, siendo Italia el más afectado.
Tras el golpe, Christine Lagarde tuvo que salir en rueda de prensa a anunciar que el supervisor está trabajando en nuevas herramientas para evitar esta fragmentación. Por el momento no se sabe nada de estos nuevos programas y la inflación sigue disparada, en España superó el 10% en junio, y los vientos de cara comienzan a ser más fuertes que los vientos de cola.
La posibilidad de una recesión en España cada vez es más probable, aunque por el momento Calviño lo niegue. Si bien es cierto que ningún organismo lo ha dicho abiertamente, el mercado ya teme una contracción de las economías, comenzando por Estados Unidos y Alemania.
La inflación no ayuda al Tesoro
A esto hay que sumar que el Estado tiene en su balance 73.859 millones de euros de bonos ligados a la inflación europea, lo que supone un 5,5% del total de la deuda del Estado en circulación, que vencerá, previsiblemente mucho más cara de lo que el Tesoro tenía en mente y costará unos 2.000 millones más.
En 2021, según datos del Tesoro, se produjo el segundo vencimiento de una Obligación del Estado ligada a la inflación europea por un importe de 6.746 millones de euros, cuando la inflación de Europa cerró en el 5%, por lo que esta cartera ya se encareció el pasado año.
La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, ya advirtió de que el gasto por intereses de la deuda se podría elevar en 32.000 millones más hasta 2025 si el bono español se mantiene en el 3%.
Herrero ha destacado que se prevé un incremente del tipo medio de las emisiones superior a 100 puntos básico, lo que supone elevar tres décimas la previsión del tipo implícito, hasta el 2,3% y cuatro décimas la carga financiera, hasta el 2,4%.