La crisis del coronavirus está afectando a la industria de automoción con dureza, y sobre todo no hay una fecha prevista a corto plazo para reiniciar la actividad, algo que empieza a preocupar a los fabricantes, inmersos en pérdidas millonarias con el cese de la producción en muchas fábricas y una gran ralentización.
Y el primero en hacer saltar las alarmas ha sido el consejero delegado de PSA, Carlos Tavares, que ha advertido de que una empresa de su tamaño "no puede resistir mucho tiempo con una ausencia casi completa de ingresos" a causa del parón de producción y ventas que se ha producido con las medidas de confinamiento por el coronavirus. En un mensaje a sus empleados, Tavares recuerda que cuando tomó la decisión el pasado día 16 de detener la producción de todas las plantas en Europa, los mercados automovilísticos ya caían un 90% en el viejo continente.
"El choque ha sido, por lo tanto, extremadamente violento y brutal para todos nosotros", señala antes de añadir que eso no afectará a su determinación para "aplicar todas las medidas sanitarias, humanas, operativas y financieras necesarias para proteger esta compañía".
El alto ejecutivo portugués hace hincapié en que la protección de los empleados es "la primera prioridad" del fabricante automovilístico francés, y destaca que van a preparar la vuelta a la actividad y "a salvaguardar la compañía" como lo viene haciendo desde que está al frente.
Sin fecha de reinicio
Aunque reconoce que ningún experto puede predecir ahora cuándo se podrá concretar ese arranque de la actividad, indica que se hará de forma altamente segura y progresiva para que todo el personal se sienta protegido. Llama a sus trabajadores a utilizar su "buen hacer" y su "inteligencia colectiva" para resolver los problemas operativos de esta situación, lo que implica proteger a los demás y protegerse a sí mismo respetando estrictamente las medidas sanitarias.
"Debemos preparar la vuelta a la actividad -explica- asegurando un flujo permanente de entregas de nuestros stocks a los clientes que esperan su vehículo y suspendiendo todos los gastos posibles, respetando siempre a nuestros asociados".
El Gobierno francés ya ha avanzado que habrá que apoyar al sector automovilístico para remontar el bache y se ha pronunciado en favor de una acción coordinada a nivel europeo. Además, ha creado una lista de empresas -cuyos nombres mantiene secretos- para preparar planes de salvamento si hicieran falta, lo que podría llegar a su nacionalización.