La operación Chamartín no será aprobada por el Ayuntamiento de Madrid en la presente legislatura… al menos, sin actuaciones de carácter excepcional. El Consistorio no ha llegado a tiempo para presentar el expediente de la modificación urbanística necesaria para la puesta en marcha del proyecto a la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible, que se reunirá la próxima semana por última vez, lo que hace inviable la remisión para su debate y aprobación al Pleno del día 30 de abril (que también es el que cierra de la legislatura). Cualquier opción para revertir esta situación pasa por convocatorias extraordinarias, bien de la citada comisión y en último interno del mismo Pleno, una circunstancia que, en principio, fue descartada por la propia alcaldesa, Manuela Carmena.
El orden del día de la última comisión de Desarrollo Urbano Sostenible, que se celebrará el próximo miércoles, no incluye la referencia a la aprobación del expediente de la operación Chamartín, que el Ayuntamiento ultima tras el trámite de las alegaciones formuladas al documento original. A estas alturas, el Consistorio está a la espera del informe de impacto ambiental que debe elaborar la Comunidad de Madrid y que, hasta el momento, no ha llegado hasta el Palacio de Cibeles.
Toda vez que la aprobación definitiva del Ayuntamiento a la modificación urbanística corresponde al Pleno, previo visto bueno de la comisión, la vía ordinaria para que la corporación municipal que lidera Carmena deje zanjado el trámite en relación con el desarrollo del norte de la capital, pendiente desde hace casi un cuarto de siglo, queda cerrada.
Esta circunstancia no cierra del todo las puertas a que finalmente se apruebe la operación en lo poco que queda de legislatura, hasta las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo 26 de mayo. Pero a partir de este mismo instante, todo escenario que contemple esta posibilidad incluirá convocatorias de carácter extraordinario que podrían ser especialmente inoportunas en el presente contexto previo a la campaña electoral.
¿Pleno extraordinario?
Carmena podría aún sacar adelante el trámite sin la necesidad de convocar un Pleno extraordinario dedicado en exclusiva a la operación Chamartín. Si el citado informe ambiental de la Comunidad de Madrid llegara en las próximas horas, el Ayuntamiento aún podría tenerlo listo para la última sesión plenaria de la legislatura. Lo que ya no podría esquivar de ninguna forma sería la convocatoria de una sesión extraordinaria de la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible, en cualquier caso al menos 48 horas ante de la celebración del Pleno.
Fuentes conocedoras de la situación apuntan que el Ayuntamiento está listo para incorporar de forma inmediata el informe que falta al expediente y tenerlo listo para remitirlo a la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible en un plazo de dos días. De forma muy ajustada, el documento llegaría a tiempo al Pleno de finales de abril.
Si esta opción no fuera posible, el Ayuntamiento se vería obligado a convocar también un Pleno extraordinario, ya en el mes de mayo, si quiere cerrar la legislatura con la operación aprobada. Una circunstancia delicada para Carmena, que cuenta con el referente de su antecesora en el cargo, Ana Botella que, en una situación casi idéntica en cuanto a plazos hace justamente cuatro años, optó por no convocar un Pleno extraordinario para aprobar definitivamente la operación Chamartín.
Desgaste para la alcaldesa
A diferencia de entonces, hoy en día el planteamiento del desarrollo cuenta con el apoyo de todas las formaciones políticas representadas en el Consistorio. Sobre el papel, los efectos de dejar sin aprobar el trámite se limitarían a nuevos retrasos en el proyecto y a que Carmena podría quedarse finalmente, en el caso de no ser reelegida en las urnas, sin ser la alcaldesa que diera luz verde definitiva a una operación que lleva su sello después de haber propiciado del fin del anterior diseño de la misma, rechazado por la corporación municipal que lidera.
Paradójicamente, la mayor contestación a Carmena por la actual operación Chamartín, que incluso pasó a ser de iniciativa pública, ha llegado desde las filas de su propia formación, Ahora Madrid, más en concreto de las facciones situadas más a la izquierda de la misma. Cualquier medida de carácter excepcional avivaría la batalla interna y podría ser aprovechado por la oposición (aun cuando son también favorables al proyecto actual) para desgastar a la alcaldesa a las puertas de las elecciones.