Tras dos intentos fallidos, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no quiere otra subasta cerrada en falso con Catalunya Caixa. Para ello, la firma N+1, el banco de inversión contratado por el FROB para promover la venta de la entidad catalana, sondeó durante diciembre pasado a todos los posibles interesados en la puja. En esos encuentros, según confirman fuentes del sector, N+1 quiso testar no sólo el interés real de cada uno de los posibles compradores, sino cómo podría articularse la operación para que tenga éxito.
“Por lo que trasladó N+1, el FROB está abierto a cualquier posibilidad para conseguir vender Catalunya Caixa. Desde una desinversión por partes, una venta conjunta de la entidad o alguna que otra fórmula mixta en la que también puedan aparecer fondos internacionales. A cada entidad nos pidieron que les trasladáramos todos los esquemas de venta en los que estaríamos interesados para después N+1, junto al FROB, elaborar el esquema definitivo de la operación”, explican desde varias entidades sondeadas. En definitiva, el análisis previo para concretar una subasta a la carta.
No es la primera vez que N+1 realiza este tipo de encuentros, conocidos en el argot financiero como presounding. En septiembre pasado, el banco de inversión realizó la primera toma de contacto con todas las entidades que habían concurrido a la segunda subasta fallida, como adelantó Vozpópuli. Entonces, también se reunió con Caixabank, ausente en el proceso de venta del pasado marzo.
Entonces, N+1 sondeó sobre nuevos traspasos de más carteras de activos de Catalunya Caixa a la Sareb, cómo variarían las ofertas proyectando las ventajas fiscales que ofrecerá la nueva reglamentación sobre los activos fiscales diferidos (DTA's en inglés), qué volumen de ayudas o esquemas de protección de activos serían necesarios para la venta de la entidad, de cuántos créditos fiscales (alrededor de 5.000 millones) tiraría cada posible comprador y cómo cambiaría el interés en el caso de que la solución final implicase que la entidad catalana tuviera que ser troceada, como ya se ha barajado en el pasado.
El FROB, que abrirá en los próximos días el proceso formal de venta, ya confirmó que se está trabajando en una subasta atípica de Catalunya Caixa. "Hay más opciones además de vender conjuntamente o por trozos", explicaron en diciembre pasado fuentes del fondo de rescate. Precisamente, ese esquema diferente es fruto de meter en la coctelera todas las opciones expresadas por los posibles compradores. Una de las opciones que se estudió en el proceso de venta suspendido en marzo pasado fue la de separar la parte 'buena' de Catalunya Caixa, que sería la que se pondría en venta, y crear un banco puente, con la parte más deteriorada, para ir liquidándola de forma ordenada hasta 2017.
Antonio Carrascosa, director general del FROB, confía en una venta rápida de la entidad catalana, incluso antes de la próxima primavera. La intención del fondo de rescate es separar al máximo la posible la solución para Catalunya Caixa de todo el proceso soberanista que tiene fijada su fecha de referéndum para el 9 de noviembre de 2014 para evitar el posible ruido político que pueda generarse alrededor de la venta de la entidad catalana.
Preocupa, también, la situación de deterioro que vive la entidad catalana. Con un ERE en proceso, pero amenazado por una posible anulación por la Audiencia Nacional en febrero próximo, un ritmo de desinversiones más lentas y con muchos casos aún por dar solución en los arbitrajes por las preferentes, el FROB trabaja también en fomentar el apetito extranjero como única vía para evitar de nuevo un precio de venta mínimo. "Ojalá que la venta de Novagalicia (a Banesco por 1.003 millones) suponga un cambio de tendencia y eso de vender por un euro pertenezca al pasado", reconocen fuentes del fondo de rescate. Para ello, se necesitan actores extranjeros que pujen por Catalunya Caixa. En caso contrario, la banca española fomentará una compra a un precio mínimo.