Economía

La familia Codorníu y AZ Capital se ven las caras ante el juez tras la venta a Carlyle

El banco de inversión reclama a la compañía vitivinícola una factura de 2,4 millones de euros por el asesoramiento de la venta a Carlyle 

  • Un barril de Codorníu.

Codorníu y AZ Capital se verán las caras ante el juez. Tras no llegar a un acuerdo, ambas compañías han sido citadas a mediados de febrero en el Juzgado de Primera Instancia nº56 de Barcelona para celebrar la audiencia previa, según avanzan fuentes judiciales consultadas por Vozpópuli.

Hace algo más de un año, el banco de inversión AZ Capital presentó una demanda contra Unideco, la sociedad matriz de Codorníu, en la reclama el impago de una factura de 2,4 millones por el contrato de asesoramiento en la compraventa de un paquete mayoritario.

El origen del conflicto está en las negociaciones para dar entrada a un socio en Codorníu. Hace dos años, The Carlyle Group, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, tocó las puertas de los accionistas (más de 200) del fabricante de cava catalán para hacerse con más del 50% de la compañía.

Fue entonces cuando la cúpula de Unideco fichó a AZ Capital para pilotar las negociaciones. Según publicó La Vanguardia, el contrato firmado incluía una 'success fee' (pago vinculado al éxito) que varía en función del precio que finalmente se alcance. Como la oferta de Carlyle pasó de los 230 millones a los 300 millones, AZ hizo los cálculos y firmó una factura de 2,4 millones que remitió a Codorníu.

Codorníu y AZ llegan a juicio

Y aquí empiezan los problemas, porque Unideco trasladó al banco de inversión que no procedía abonar dicha factura. ¿El motivo? La matriz considera que quien se benefició de esa mejora del precio fueron los accionistas que vendieron sus títulos a Carlyle, no Unideco como tal. Según explican fuentes financieras, la compañía defenderá ante el juez que el asesoramiento de AZ no fue necesario para cerrar la venta: no trajo al comprador ni participó en la negociación.

Para el banco, Unideco ha incumplido el contrato que firmaron ambas partes y ahora reclama en los tribunales el cobro de la factura, una batalla legal diseñada por el despacho del difunto Matías Cortés (Cortés Abogados). Por su parte, la familia Codorníu ha encargado su defensa a Baker McKenzie.

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