Diego Moya tiene 37 años y se acaba de quedar sin empleo. La empresa para la que trabajaba, un pequeño taller de coches en Madrid, se declaró en quiebra el pasado lunes. Despedido sin finiquito por la suspensión de pagos de su empresa, y sin poder cobrar ni siquiera los 20 días trabajados en julio, dos días después se fue a una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para pedir el paro. No podrá cobrarlo hasta dentro de casi tres meses.
"Me dijeron que no hay citas previas disponibles hasta el próximo 15 de octubre. Les pregunté de qué voy a vivir hasta entonces, y lo único que me dijeron es que no me preocupe porque en noviembre podré cobrar con carácter retroactivo", indica este pintor de coches ahora desempleado. "Me siento engañado por mi empresa y abandonado por el Estado", añade.
La situación es exactamente igual para el resto de sus compañeros y para muchos trabajadores que han sido despedidos recientemente. Según ha podido constatar Vozpópuli, en varias de las oficinas del SEPE en Madrid no hay citas previas hasta mediados o finales de octubre. Teniendo en cuenta que las nóminas de los beneficiarios del paro se tramitan a final de mes, y sólo después de que el solicitante haya presentado los documentos requeridos, muchos de ellos no podrán cobrar hasta el 10 de noviembre.
"El problema es que nos ha caído una avalancha de solicitudes de prestación (más de 5 millones desde que comenzó la pandemia) para la que no estamos preparados. El SEPE es una institución del siglo XXI que funciona como si estuviésemos en el siglo XIX", afirma Pilar Seoane, secretaria general de Comisiones Obreras (CCOO) en el Ministerio de Trabajo y directora de una oficina del Servicio Público de Empleo en Boiro (La Coruña).
"Es cierto que hay muchas oficinas de Madrid o Barcelona donde las citas están agotadas hasta mediados de octubre porque están saturadas de trabajo, pero en otras provincias de España la carga de trabajo no es igual", precisa Seoane. "Lamentablemente a las oficinas en las que no tenemos tanta carga de trabajo no nos dejan tramitar ninguna prestación de alguien que no sea del distrito postal que nos corresponde", añade.
600.000 nuevos desempleados
Tras las críticas recibidas durante el estado de alarma, donde tuvieron que tramitar casi 4 millones de solicitudes de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), los trabajadores del SEPE temen ahora que el incremento de parados y solicitudes de prestación por desempleo vuelva a ponerles en el centro de la diana pública.
Se quejan de que los recursos humanos con los que cuentan son insuficientes y que las aplicaciones y herramientas informáticas para hacer su trabajo están completamente obsoletas, motivos por los cuales se han producido fallos y retrasos en los pagos de los ERTE. Una situación que puede repetirse ahora con el incremento de desempleados, sobre todo cuando pasen seis meses y las empresas acogida a ERTE puedan reducir sus plantillas sin ser penalizadas.
Según previsiones de Asempleo, la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, que se publicará el próximo martes, reflejará una destrucción de más de 600.000 empleos respecto al primer trimestre del año por el desplome que sufrió la actividad entre finales de marzo y comienzos de abril debido al estado de alarma y la crisis sanitaria.
Un aumento de desempleados que justifica también por qué en muchas oficinas del Sepe es imposible conseguir una cita previa antes del próximo mes de octubre.
"La que se nos viene encima a partir de octubre"
"Somos conscientes de la que se nos viene encima a partir de octubre. A pesar de las críticas, nos hemos dejado la piel durante el estado de alarma para tramitar los ERTE, pero obviamente va a haber retrasos en la tramitación de prestaciones cuando crezca el número de desempleados", indica Seoane.
La carga de trabajo de los funcionarios del SEPE ha aumentado un 600% desde le inicio de la pandemia. La directora de la oficina del SEPE en Boiro explica que la sobrecarga de trabajo generada por la avalancha de ERTEs aún no ha acabado y podría lastrar el pago de prestaciones a los nuevos desempleados.
"Cada vez que una empresa en ERTE da total o parcialmente de alta a uno de sus trabajadores, o cuando un trabajador pide que le sea reconocido el número de hijos en el cobro de la préstación, ese trámite tenemos que hacerlo manualmente en el SEPE porque, además, los programas informáticos con los que trabajamos son de los años 90", añade.
Presolicitud por Internet
La única alternativa a la cita presencial para pedir el paro es la presolicitud de la prestación por Internet, lo que puede agilizar la tramitación. Sin embargo, pero muchas de esas presolicitudes tienen que ser tramitadas a mano por los propios funcionarios del SEPE de muchas de las oficinas que están desbordados. Sólo en la provincia de Almería en la última semana se han recibido 3.000 presolicitudes de la prestación por desempleo en Internet, afirman fuentes internas.
Según CCOO, la plantilla del SEPE es actualmente de 7.828 trabajadores (un 23% de la plantilla con la que contaba en 2010), pero para poder atender la actual avalancha de solicitudes de prestaciones y subsidios se necesitarían al menos 11.000 funcionarios en las oficinas del Servicio Público Estatal de Empleo.
'Vozpópuli' ha contactado con el Ministerio de Trabajo conocer su versión sobre las razones que hacen que las citas previas en el SEPE para pedir el paro se estén prolongando tanto en el tiempo y saber si hay algún plan para acelerar estos trámites ante la avalancha de despidos que se espera. Sin embargo, este periódico no ha recibido respuesta.