Economía

La Comisión Europea se desmarca del veto de Moncloa a la opa húngara sobre Talgo

El Gobierno justificó el rechazo por “seguridad nacional”. Bruselas aclara ahora que no avaló este movimiento de manera directa.

  • Tren de Talgo

La Comisión Europea (CE) no avaló el veto de Moncloa a la opa húngara sobre Talgo. Bruselas aclara las declaraciones públicas de miembros de la CE que se interpretaron como una luz verde al movimiento del Gobierno por razones de “seguridad nacional” y subraya que no ha expresado ningún punto de vista sobre su compatibilidad con el Derecho de la Unión.

Así consta en una aclaración oficial sobre el veto al que ha tenido acceso Vozpópuli. “En el marco del Código de Buena Conducta Administrativa de la Comisión, aprovecho la oportunidad para aclarar que, como se desprende de la grabación que se facilita, la Comisión no ha expresado ningún punto de vista sobre la medida española ni sobre su compatibilidad con el Derecho de la Unión”, justifica la Dirección General de Estabilidad de Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales en su escrito.

El 27 de agosto el Gobierno acordó no autorizar la opa del consorcio húngaro Ganz-Mavag Europe, que valoraba a la constructora ferroviaria en más de 600 millones por hacerse con el 100%. Esgrimió “riesgos” para la “seguridad nacional y el orden público”, y el consejo de ministros declaró el expediente como clasificado.  

Un día después, la portavoz de la Comisión Europea Francesca Dalboni evitó poner objeciones a la maniobra de Moncloa y se limitó a señalar que se trataba de una prerrogativa de cada uno de los Estados miembros. “Las medidas deben estar justificadas y se proporcionales”, apuntó la portavoz, que apeló a los tratados de la UE, que permiten restringir las libertades del mercado único, como la libre circulación de capitales por motivos de seguridad pública.

La Comisión no tiene responsabilidad ni control sobre la manera en que los medios de comunicación informan en sus mensajes”

Estas declaraciones se interpretaron por el entorno gubernamental y por algunos medios como un aval al veto de Moncloa en el caso Talgo. “La Comisión no tiene responsabilidad ni control sobre la manera en que los medios de comunicación informan en sus mensajes”, aclara en su escrito Bruselas. Para el Gobierno, Talgo es una “empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España”.

Sidenor negocia su entrada

Tras el rechazo a la opa húngara, el Gobierno rescató el plan de crear un ‘bloque nacional’ en la constructora ferroviaria como alternativa. Parece que finalmente será el grupo industrial Sidenor quien entre en el capital de la ferroviaria, después de que el consejo de Talgo decidiera abrir negociones. La transacción podría suponer la compra parcial o total del capital de la empresa.  

Se abre así la solución vasca. Sidenor, con sede en Basauri (Vizcaya), se dedica a la producción de aceros largos especiales, además de ser proveedor de productos de calibrado en el mercado europeo. Dispone de centros de producción en el País Vasco, Cantabria y Cataluña, y cuenta con delegaciones comerciales en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

No se descarta que Talgo busque otros inversores de la Unión Europea mientras negocia con la empresa vasca

El plan ideal para Pedro Sánchez pasa por combinar un socio industrial con otro financiero para facilitar la desinversión del fondo Trilantic Capital, que controla alrededor del 30% y está dispuesto a salir de la compañía.

El Gobierno presiona a CriteriaCaixa como socio financiero, aunque el proyecto no convence en el entorno del holding inversor de la Fundación la Caixa, que prácticamente descarta su entrada, como publicó este medio. Fuentes oficiales del holding mantienen la misma postura de hace meses en la constructora ferroviaria: estudiarán entrar de la mano de un socio industrial. Y aclaran que en estos momentos no existen conversaciones con ninguna compañía sobre este asunto.

Fuentes empresariales no descartan que Talgo se muestre abierta a estudiar otras opciones, al margen de la oferta de la empresa vasca. La línea roja es que se trata de inversores de dentro de la Unión Europea. En este sentido, el grupo checo Skoda ha intentado ya en varias ocasiones fusionarse con la ferroviaria española. Movimientos en vano, que no han servido para que el consejo de Talgo acceda a sentarse a negociar.

 

 

 

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