Economía

La covid dilapida en cuatro meses cuatro años de lucha contra el paro

La contratación, aunque ha mejorado sus cifras respecto al mes anterior, mantiene su poco pulso mientras crece la precariedad

  • Oficina de Empleo

El Gobierno está utilizando en el mercado laboral el mismo ardid de guerra de cifras que en la estadística oficial sobre el número de muertos o de afectados por el coronavirus. Si en mayo, por ejemplo, destacó que el empleo a fin de mes crecía en 188.000 personas, frente a las 97.000 de los datos de afiliación media durante el mes; en junio, lo hace en sentido contrario porque le sale un resultado más favorable. De esta forma, el Ejecutivo destaca que el empleo en términos medios creció en 68.208 personas cuando en realidad en el cómputo diario bajó en 99.906 a fin de mes. De aquí, que el ministerio de Trabajo manifieste que el mercado laboral se estabiliza tras la dureza de los datos de los primeros meses de pandemia.

Aunque se observa una lenta mejora en comparación con los datos del confinamiento económico de los meses anteriores, la realidad es otra. Sólo hay ver que en el último día del mes (30 de junio) se despidieron de golpe a 216.548 personas cuando junio es un periodo muy proclive a contrataciones. Se trata de la peor cifra en la historia estadística en el último día en este mes y es el segundo peor registro desde que se produjo el estado de alarma (el primer día, 16 de marzo, se produjeron 178.569 despidos). Fuentes sindicales reconocen que es posible que en este mes se hayan despedido ya a muchos trabajadores que habían sido recuperados de los ERTES ya que algunos se están convirtiendo en ERES. En ese último día de junio, sólo se contrataron a 48.609 trabajadores. Por tanto, la variación neta del empleo (más salidas que entradas) en ese mismo día fue negativa en -167.939.

Así, según las cifras oficiales, había 18.484.270 afiliados totales a fin de mes en la Seguridad Social frente a los 18.584.176 del último día del mes anterior (el descenso es del 0,5%). Estas cifras incluyen los 1,8 millones de trabajadores que aún continúan en un ERTE (en junio han sido rescatados casi 1,2 millones de trabajadores) ya que se les considera cotizantes a efectos estadísticos. Por tanto, hay 99.906 empleos menos a finales de junio frente a los 187.814 más creados en mayo, es decir, hay un cierto empeoramiento en estos datos homogéneos. Lo que significa, siempre con datos de afiliación diaria, que desde febrero se han perdido 795.145 cotizantes, cifra que alcanza los 859.988 si hacemos el cálculo desde el inicio del estado de alarma.

En términos de afiliación media mensual, el Gobierno destaca un crecimiento de esos 68.208 empleos (0,37% frente al 0,53% del mes anterior) hasta 18.624.337 afiliados (908.874 menos que el récord de cotizantes registrado en julio de 2019). Es decir, aparecen aquí unos 140.000 afiliados más de los que resultan si se realiza una contabilización diaria. De todas formas, comparando afiliados medios sale que hace sólo un mes (mayo) el empleo creció a un ritmo superior, esos 97.462. Luego, a pesar de que junio es un mes benigno para el empleo, los resultados iniciales parecen haber moderado o que el rebote se ha atenuado. En términos anuales, al computarse los datos de los duros meses anteriores, sale además que se han volatizado 893.360 empleos (-4,58%). Es el peor registro desde 2009. En todo caso, la reducción neta de afiliados medios entre febrero y junio por la pandemia y el confinamiento es de 625.892. Todo esto confirma que, de momento, no hay indicios sólidos de creación de empleo y lo que hay, es la vuelta de trabajadores en ERTE para quedarse en el empleo o para salir mediante ERES o despidos individuales. Después del verano, la situación puede volverse más dramática.

Las cifras de paro ofrecen menos controversia ya que la estadística se elabora con datos obtenidos el último día de mes. Pero aún así, ni están todos los que son, ni son todos los que están, ya que las oficinas de los servicios de empleo no han estado operativas en casi todo el mes y los parados han tenido problemas, por ejemplo, para inscribirse como demandantes de empleo y ser computados. No hay que olvidar también que los 1,8 millones de trabajadores en ERTE no aparecen en este registro porque no se les considera parados sino demandantes de empleo ocupados. De aquí que siga elevadísimo el dato de demandantes de empleo hasta casi 8,3 millones (el mes pasado se aproximaba a los 8,4 millones) como consecuencia de la existencia de 3,8 millones de demandantes ocupados procedentes en su mayoría de ERTES. Casi tres millones corresponden al sector servicios y otro casi medio millón a la industria.

El peor dato de paro desde 2008

El paro aumentó en algo más de 5.100 personas en junio (0,13%). Es el peor dato en este mes desde 2008, y se debe al repunte en la agricultura (25.342 desempleados, casi cinco veces más que hace un año) y del colectivo sin empleo anterior (30.791 más frente al descenso de hace un año de 8.000). Mientras, ha caído: en los servicios (-27.319, la mitad que hace un año); la construcción (-15.927, cuatro veces más que en junio del 2019); y en la industria (-7.780 frente a los -5.800 hace un año). En términos anuales, el paro aumenta en 847.197 personas, cifra que alcanza los 587.406 sólo desde el inicio del estado de alarma. De esta forma, la cifra global se aproxima a los cuatro millones y se sitúa ya en 3.862.883. Se trata del mayor registro desde mayo de 2016. Es decir, la pandemia (y la desaceleración económica iniciada antes) ha dilapidado en cuatro meses la reducción del paro conseguida en cuatro años. En términos desestacionalizados, que permite observar la tendencia, hay 77.593 parados más frente al aumento de 122.458 en mayo pasado, es decir, modera su ascenso, pero hace un año el alza era sólo de 8.986.

Por su parte, la contratación, aunque ha mejorado sus cifras respecto al mes anterior, mantiene su poco pulso mientras crece la precariedad. En junio se hicieron 1.159.602 contrataciones, 308.985 más que en mayo (36,3%) pero casi 850.00 menos que hace un año (-42,4%). Además, en el acumulado del año se han formulado casi 3,7 millones de contratos menos que en los seis primeros meses de 2019. Los indefinidos llegaron a los 114.393 (casi 60.000 menos que hace un año y 310.000 menos en el acumulado del año) aunque han subido en casi 38.000 respecto al mes anterior.  Pero, es empleo cada vez más precario ya que el 42% de estos contratos fijos son a tiempo parcial y la mayor parte proceden de conversiones de temporales. En cuanto a los temporales, se realizaron 1.045.209 (más de un tercio son a tiempo parcial), 271.284 más que en el mes precedente pero la cifra es inferior en casi 800.000 menos que en junio de 2009. Lo que confirma la actual escasez del empleo. En todo caso, más de 93% son contratos de obra o servicio o eventuales por circunstancias de la producción, es decir, los más fáciles de finiquitar en cualquier memento.

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