Las pensiones públicas no subirán nada a partir del 1 de enero de 2020, lo que quiere decir que los pensionistas cobrarán exactamente la misma cuantía que cobraron en su última nómina de mes corriente (la de noviembre, ya que en diciembre recibieron la paga extra).
Así se ha conocido tras el último Consejo de Ministros del año, en el que Pedro Sánchez ha tenido que abandonar su propósito de subir las pensiones un 0,9% -en línea con la inflación esperada para 2020- y también su promesa de elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.000 euros. Dos empresas que ha decido no abordar hasta que no consiga formar Gobierno.
La congelación de las pensiones se producirá después de que en 2019 los pensionistas experimentaran un alza del 1,6% en sus prestaciones, a pesar de que ahora se ha conocido que la inflación ha cerrado el año en el 0,8%, lo que supone que los pensionistas no solo han mantenido su poder adquisitivo sino que lo han duplicado (sus pensiones han subido el doble de lo que lo han hecho los precios).
Para 2020, sin embargo, las previsiones están por encima del umbral del 0,9%. El Banco de España, por ejemplo, pronostica una inflación del 1,2% para este año, mientras que el panel de economistas de Funcas cree que la tasa media anual será del 1% -salvo que suba el precio del petróleo, en cuyo caso también apuesta por el 1,2%-.
Con lo que si las pensiones se mantienen congeladas desde este miércoles, 1 de enero, los pensionistas en este caso sufrirán una pérdida de poder adquisitivo hasta que Sánchez logre ser investido y aprobar una subida.
Se subirán con efecto retroactivo
Desde el Ministerio de Trabajo han recalcado a Vozpópuli que "los pensionistas pueden estar tranquilos", ya que el "gobierno cumplirá con el compromiso adquirido y comunicado a la Comisión Europea (...) a través de una actualización de las pensiones del 0,9% desde el 1 de enero de 2020" que se aprobará con efectos retroactivos cuando puedan formar un Ejecutivo.
"Estando en funciones y ante la previsible formación de un nuevo Gobierno, es razonable posponer la aplicación de esta medida hasta que el Gobierno se halle en pleno uso de su capacidad propositiva y normativa, y sin perjuicio de que los efectos de la revalorización sean retroactivos desde el 1 de enero de 2020", precisan.
Sin embargo, tanto si las pensiones no llegan a subirse como si se suben un 0,9% y luego la inflación resulta más alta, el Gobierno con toda probabilidad habilitará a cierre de 2020 un mecanismo para compensar a los pensionistas por las décimas de diferencia en el IPC, mediante una 'paguilla' compensatoria, como hizo en el año 2018.
Se vuelve a exceptuar la subida del 0,25%
Según la ley en vigor, las pensiones deben subir de acuerdo al Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), que incorporó el PP en la reforma de las pensiones del año 2013 y estipulaba que mientras la Seguridad Social no pudiera afrontar sus gastos con sus ingresos (es decir, estuviera en déficit) las pensiones subirían como máximo un 0,25%.
Este índice se utilizó para revalorizar las pensiones entre 2014 y 2017 (sólo produjo pérdida de valor adquisitivo a los pensionistas los últimos dos años de ese periodo, ya que los dos primeros la inflación fue negativa), pero en 2018 el PP aceptó derogarlo para que el PNV le apoyara la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
Sánchez ha decidido ni siquiera utilizar este índice del 0,25% para subir las pensiones desde enero, con la esperanza de poder formar un Gobierno cuanto antes y efectuar una subida mayor.