Mariano Rajoy no ha abierto únicamente la puerta a un nuevo sistema de financiación autonómica. Sobre todo ha abierto la puerta a un enfrentamiento interno en el Partido Popular. Dos de sus principales barones proponen modelos radicalmente contrarios para obtener financiación: Alberto Núñez Feijoo y Alberto Fabra han pedido al Ejecutivo modelos que amenazan con un choque de trenes político.
La batalla por el anterior sistema de financiación autonómica ya fraccionó a los partidos internamente. En julio de 2009, Zapatero cedió a la presión política del gobierno catalán y revisó el modelo sin agotar sus cinco años de vida. Ese modelo debía de ser permanente. Rajoy no ha dejado que llegue a aplicarse plenamente (su instauración plena tendrá lugar este año) y ha anunciado su reforma antes de que caduquen sus plazos. Sólo Zapatero y Rajoy han hecho esas modificaciones desde que se instauró el sistema en 1986.
El modelo del PP de Alberto Fabra: La Comunidad Valenciana reclama una compensación por el aumento de población que ha registrado. En un informe remitido por el Govern con el respaldo de las Cortes Valencianas a Rajoy, Fabra plantea un sistema que incrementaría en 732,6 millones de euros al año la cantidad que la Generalitat Valenciana recibe del Estado Central. De igual modo, se verían beneficiados los gobiernos de Madrid (que aumentaría en 464,2 millones su dotación), y Canarias (con 442,7 millones de euros más) mientras que se recortarían los fondos de Andalucía, Cantabria y Cataluña fundamentalmente.
El modelo del PP de Núñez Feijoo: Feijoo aseguró que “no descansaría hasta conseguir un nuevo modelo de financiación autonómica” que debería reconocer, según la Xunta de Galicia, dos variables fundamentales: la dispersión y el envejecimiento de su población.
En el actual sistema, el hecho de que las autonomías tengan poblaciones muy dispersas en su geografía sólo pesa el 0,6% en los cálculos frente al 3% del criterio de insularidad. De igual modo, el envejecimiento de la población pesa un 8,5% frente al 20% de lo que pesa la población joven (de 0 a 16 años). Ese factor, ha perjudicado a Galicia en los últimos años como muestra la evolución de su población.
En dinero, eso significa que Galicia se queda con apenas un 7% de los 92.000 millones anuales del sistema (6.215 millones) mientras que autonomías como Cataluña o Madrid se embolsan entre un 15 y 18%.
La mayor ola de poder en la historia de la democracia puede terminar fraccionando ahora al partido que la disfruta: el poder territorial del Partido Popular le enfrenta a intereses contrapuestos entre sus barones. Y más allá del PP, esa lucha interna puede terminar complicando todavía más la negociación entre un Gobierno Central y un Govern de la Generalitat que ahora deberán enfrentarse a una partida a varias bandas.