Primera objeción de Luis Linde: esperar una caída del 0,5% de la riqueza nacional el año que viene es ciertamente optimista. A juicio del gobernador, habría que tener en cuenta también el consenso de los analistas, con unas previsiones situadas en el -1,5%. En todo caso, en el peor de los extremos, ha advertido que esta desviación alimentaría el déficit público entre tres y cuatro décimas, cifras que considera manejables si el Gobierno actúa en consecuencia en el último trimestre del año que viene.
El gobernador recuerda al Gobierno que el consenso sobre la caída del PIB se sitúa en el -1,5%, frente al -0,5% previsto en los Presupuestos
La segunda reserva del gobernador, expresada este jueves en el Congreso, tiene que ver con los ingresos tributarios previstos por Hacienda para el año que viene. El impacto de todas las medidas aprobadas en los últimos meses puede rondar el año que viene los 7.200 millones de euros. Pero este volumen de recursos, según Linde, está sujeto a riesgos de desviación a la baja porque el análisis de Hacienda parte del supuesto de que este año también se cumplirán los objetivos de recaudación, algo que está por ver. Casi todo dependerá del comportamiento del IVA en los meses de noviembre y diciembre, que se verá parcialmente influenciado por la caída del consumo como consecuencia de la eliminación de la paga extra a más de tres millones de empleados públicos.
El gobernador ha llamado también la atención sobre las previsiones de gasto incluidas en las cuentas de 2013, ya que las pensiones, el desempleo y los intereses de la deuda suman el 36% de todo el gasto estatal y es previsible, según el Banco de España, que el año que viene estas partidas aumenten de forma significativa. Linde ha recordado al Gobierno las consecuencias negativas que podrían tener para el déficit la actualización de las pensiones este año tomando como referencia el IPC, pues supondría un incremento del gasto de 3.000 millones que tendrían que consolidarse en 2013 y en ejercicios futuros.
Linde asegura que las condiciones del rescate no serán muy gravosas y se podrán asumir sin grandes problemas por España
Este cuestionamiento global de los principales objetivos introducidos por el Gobierno en el cuadro macroeconómico enviado a Bruselas, base para la elaboración de los Presupuestos, llega en un momento en el que los mercados y las agencias de calificación miran con lupa las cuentas de 2013 mientras esperan la solicitud de rescate. Linde advirtió esta mañana que, de producirse esta petición, no será un rescate al uso, igual que el que ha terminado castigando las economías de Irlanda, Grecia y Portugal, sino la apertura de una línea de crédito con unas condiciones no demasiado duras que serían asumibles por el Gobierno.
El rescate bancario parece ya despejado, como lo demuestra que el Gobierno haya consolidado ya para 2013 los 30.000 millones de euros que espera recibir como primer anticipo y que suponen tres puntos de los 16 en que se disparará la deuda el año que viene.