El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha confirmado este miércoles en el Pleno del Congreso que el rescate al sector financiero español autorizado por el Eurogrupo computará como deuda pública, al articularse a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y que los intereses del mismo condicionarán el déficit, aunque ha insistido en que sólo acarreará condiciones para la banca y no para el Gobierno.
Durante una interpelación planteada por la portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez, el titular de Hacienda ha afirmado que "no se puede ni se debe negar que la deuda del FROB es deuda de las administraciones públicas" y se ha preguntado "quién lo está negando".
Esta declaración choca con las palabras del propio Rajoy, que en la rueda de prensa de emergencia tras conocerse el rescate insistió en "sólo era una línea de crédito" y que no computaría como deuda pública. "Hemos ganado credibilidad, porque de lo contrario se habría producido una intervención del Reino de España", se jactaba el presidente.
Así, tras solicitar esta "nueva línea de financiación a través del FROB" a los socios europeos, ahora es el momento de que el Gobierno negocie las condiciones concretas del préstamo, cuya cuantía dependerá de las necesidades de recapitalización que constaten los auditores externos, contratados por el Gobierno para "ganar en transparencia y que los mercados tengan todas las garantías" sobre la evaluación.
"Hay que hacerlo por pasos, explicando que una cosa es que España esté sometida a un procedimiento de déficit excesivo que nace en 2009 por culpa del Gobierno socialista (y que conlleva exigencias macroeconómicas) y otra que no tiene nada que ver en este procedimiento, cuyas condicionalidades serán aplicables al sector financiero", ha puntualizado, afirmando con rotundidad que "España no necesitará otro rescate si se mantiene el impulso reformista" y que además "sería imposible de sufragar para Europa".
El rescate se pide porque somos europeos
En este sentido, ha defendido que España ha "apelado" a sus socios europeos para "movilizar un sistema de financiación previsto dentro del Club" que es "necesario" para recapitalizar las instituciones bancarias porque "España es Europa, y porque así se fortalece al euro y a Europa". Además, ha opinado que la reunión del G-20 celebrada este martes en México fue "muy bien" y supuso "un avance" porque se reconoció que el país "está haciendo lo que tiene que hacer".
Así, ha insistido en que "nadie nos invade desde Europa" sino que el Gobierno está "convencido de la necesidad y operatividad" de las reformas que se están implementando, tanto la laboral como la del sector público, que busca "limpiar la casa, sanear las cuentas y pagar las facturas pendientes".
Como tercera pata de estos cambios necesarios para salir de la crisis, Montoro ha puesto en valor la reforma bancaria, sin la cual "no hay crédito y es imposible crecer y crear empleo". "El rescate no impide la reestructuración bancaria, hay que hacerla y la propugna el Gobierno", ha reiterado, recordando que el principal problema de la economía española actualmente es la deuda externa, que tras "triplicarse" en los últimos siete años alcanza ya el 92% del PIB.
“Dejen la demagogia”
Por todo ello, Montoro ha reclamado a la oposición --y particularmente al PSOE-- que deje de "crear confusión y alarma" con planteamientos "demagógicos y populistas" y afirmaciones "gratuitas e incoherentes" fruto de su "desconocimiento" sobre lo que se está tratando. "Así es muy difícil entrar en un debate de calidad", ha lamentado, provocando airadas críticas del principal partido de la oposición.
Tras recordar que el PP apoyó las medidas de "reconversión del sector bancario" promovidas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, Montoro ha pedido a los socialistas que "contribuyan con el Gobierno a serenar las cosas" y a "trasladar a la sociedad un mensaje de confianza, tranquilidad, esperanza e ilusión en la fortaleza del proyecto Europa y del euro".