Economía

Los trabajadores de Auto Res desconvocan la huelga prevista para Navidades

Los trabajadores del operador de transporte urbano Auto Res han decidido desconvocar la huelga que tenían prevista para algunas de las fechas clave de las Navidades, después de haber pactado

  • Imagen de archivo de un autobús

Los trabajadores del operador de transporte urbano Auto Res han decidido desconvocar la huelga que tenían prevista para algunas de las fechas clave de las Navidades, después de haber pactado con la empresa el mantenimiento de los ERTE hasta febrero de 2022, entre otras medidas.

Para entonces, y en función de cómo esté entonces la situación sanitaria y de movilidad, las partes se comprometen a reunirse para buscar soluciones a las dificultades que atraviesa el sector del transporte de viajeros en autobús desde que se desató la pandemia de la covid-19 hace ya casi dos años.

Así, y según ha detallado este viernes la empresa, Auto Res desarrollará sus servicios de la manera habitual y aumentará sus expediciones en diversos corredores como los de Zamora, Vigo, Levante y Extremadura. Además, las taquillas de las estaciones Sur de Madrid, Zamora y Valencia ampliarán su horario, y la de Ávila volverá a abrirse.

Paros previstos para 24, 26 y 31 de diciembre y 2 de enero

El pasado 7 de diciembre los trabajadores de esta compañía habían convocado paros para los días 24, 26 y 31 de diciembre y 2 de enero. Tras el acuerdo, la empresa asegura haber puesto a la venta billetes para esas fechas. Auto Res es una de las empresas pertenecientes al Grupo Avanza, primer operador de transporte urbano de viajeros por carretera en España y que forma parte de la multinacional mexicana Mobilityado.

Este paro se había convocado en paralelo al organizado por las grandes patronales del transporte de mercancías por carretera para los días 20, 21 y 22 de diciembre, y que de momento se mantiene, mientras sus representantes negocian a contrarreloj con el Gobierno.

Las empresas del sector se quejan de tener que soportar una fuerte subida de los costes (especialmente de los carburantes) que no pueden repercutir a sus clientes ante la falta de herramientas jurídicas para ello y de la posición de dominio de quienes les contratan y de los que denuncian que, incluso, les amenazan con rebajar los precios.

También se quejan de los desorbitados tiempos de espera de los transportistas (que además tienen que hacer labores de carga y descarga), la posible imposición de peajes, la desaparición del gasóleo profesional o la falta de devolución de los 200 millones de euros del céntimo sanitario. 

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