El coronavirus ha dejado rastro en las cuentas financieras de las empresas españolas, abocadas a endeudarse en los meses más duros de la pandemia. A cierre del tercer trimestre de 2021, la deuda acumulada de las entidades no financieras era alrededor de 60.000 millones superior a la que tenían antes de la crisis sanitaria, regresando así a niveles no vistos desde 2015.
En concreto, la deuda consolidada de todas las empresas ascendió desde los 892.000 millones en diciembre de 2019, el último trimestre antes de que la covid-19 estallara en España, a los 954.000 millones en septiembre de 2021, según las últimas Cuentas Financieras publicadas por el Banco de España (BdE). Esto es, 61.280 millones más, con un aumento del 6,9% en términos relativos.
Hay que remontarse hasta septiembre de 2015 para encontrar un dato de deuda acumulada similar al del tercer trimestre de 2021. En aquél momento, la deuda de las sociedades se situó en los 953.000 millones, aunque durante los años más duros de la crisis financiera de 2008 se superó con creces el billón de euros. El dato más alto de la serie histórica se alcanzó en junio de 2010: 1,28 billones.
Durante esta nueva crisis, las empresas han vuelto a endeudarse, primero, para aguantar la crisis (ya sea con refinanciaciones o reestructuraciones) y, después, para invertir en la propia recuperación. Con todo, la deuda de las sociedades no financieras equivalía al 81% del Producto Interior Bruto (PIB) del país en septiembre de 2021, nueve puntos más que en diciembre de 2019, antes de la pandemia, cuando la ratio se situó en el 72%.
Las familias, en niveles de 2019
También las familias han aumentado su deuda durante la crisis sanitaria, aunque se ha ido moderando a lo largo de estos casi dos años de pandemia. De esta forma, el endeudamiento de los hogares se situaba en el tercer trimestre de 2021 un 0,7% por debajo del nivel previo a la pandemia (704.000 millones en septiembre de 2021 frente a los 709.000 millones de diciembre de 2019).
En cualquier caso, igual que en las empresas, el dato se encuentra todavía alejado del máximo histórico registrado en diciembre de 2008, cuando la deuda de las familias ascendió a 917.000 millones de euros. Los hogares aumentaron su tasa de ahorro durante los mismos meses por la acumulación forzosa de la pandemia primero, una moderación del consumo después, y una persistente incertidumbre durante.
La riqueza financiera neta de los hogares, que se obtiene deduciendo sus pasivos de sus activos financieros, se situó en 1,69 billones de euros a finales del tercer trimestre de 2021, un 3,6% más que en diciembre de 2019, cuando la cifra rondó los 1,63 billones.
El Banco de España detalla en la nota de las últimas Cuentas Financieras de la Economía Española que "el grueso de los activos financieros de los hogares se mantuvo en efectivo y depósitos (el 41% del total), seguido de participaciones en el capital (24%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (16%).
Con todo, la deuda conjunta de empresas y hogares alcanzó los 1,65 billones de euros, un 3,5% más que los 1,60 billones registrados en diciembre de 2019. Esto supuso el 140,9% del PIB en el tercer trimestre del pasado año. Hay que tener en cuenta que la actividad económica aún no ha recuperado sus niveles precrisis y, a falta de conocer el dato del último trimestre de la Contabilidad Nacional, el PIB cerrará el año con un crecimiento cercano al 5%.