El sector de las telecomunicaciones ha perdido un 30% de los ingresos en los últimos diez años en favor de operadores low cost como Digi Mobil, según datos manejados por las grandes compañías. Los Operadores Móviles Virtuales (OMV) están en la cúspide de una escalada de precios a la baja que ha socavado la facturación de las grandes corporaciones.

El último fenómeno es Digi Mobil, operador de telecomunicaciones con sede principal en Rumanía. España se ha convertido en su mercado prioritario -solo por debajo del rumano-. Es la otra cara de la moneda. Sus ingresos se han disparado un 35% en el tercer trimestre del año pasado, hasta los 128 millones, con un beneficio de 50 millones de euros, un incremento de casi el 50%.

La rumana cuenta con en torno a 4,5 millones de clientes en nuestro país. En todo 2022 Digi registró 890.000 portabilidades, un 26% más que en el año anterior. Miles de esos clientes son de Telefónica, Vodafone, Orange y MásMóvil.

En el caso del alquiler de la fibra a otros operadores, la CNMC establece dos cosas: la obligatoriedad de Telefónica de ofrecer su red a terceros y el precio al que se comercializa la misma, interviniendo cuando lo considera necesario

Se da la circunstancia de que Digi Mobil tiene como socio de red a Telefónica. Utiliza su red de telecomunicaciones para ofrecer servicio. La rumana está tendiendo fibra en diferentes puntos de España, pero necesita al operador español para dar servicio, si bien en los puntos en los que la infraestructura es propia puede ajustar mejor los márgenes. De hecho, acaba de lanzar una oferta de fibra a una velocidad de 500 Mbps por 15 euros al mes en las zonas en que tiene red.

Telefónica pide contundencia con empresas como Digi Mobil

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es la responsable de velar por que en España exista una competencia en términos justos. En la actualidad, este organismo interviene en los casos en los que la empresa mayorista y el Operador Móvil Virtual (OMV) no se ponen de acuerdo en los precios y condiciones para cerrar un acuerdo, según explican fuentes del sector a Vozpópuli.

Sin embargo, en la parte mayorista de la fibra óptica es la CNMC quien tiene la sartén por el mango. Establece dos cosas, por un lado obliga a Telefónica a ofrecer su red a terceros, y por el otro fija el precio al que se comercializa la misma, interviniendo cuando lo considera necesario.

"Esta situación es tan paradójica que hay zonas en las que el operador dominante es otro, como por ejemplo Euskaltel en el país vasco, pero Telefónica es quien está obligada a ofrecer su fibra a terceros en las condiciones que marque la CNMC. Por eso, en ocasiones, Telefónica llega a acuerdos con terceros, como la propia Euskaltel o Adamo en Santander, eludiendo el despliegue de su propia red porque esto le sale más rentable", explican fuentes del sector a este diario.

Las mismas fuentes aseguran que Telefónica considera que la CNMC debería ser más contundente con los operadores de bajo coste. La corporación española ve como principio de sus males la alta competencia derivada de la condescendencia de la CNMC con tipo de empresas. Mientras, otras fuentes señalan directamente a Telefónica como parte de sus males. "Al final, en el caso del alquiler de la red inalámbrica, es Telefónica la que negocia los precios con empresas como Digi Mobil.

"Los contratos entre Telefónica y la OMV se basan en una serie de previsiones de los clientes que van a tener los arrendatarios para el periodo por el que se firma el contrato. Se marca un precio, normalmente, por los datos y minutos que se van a consumir. Al final, todo se ajusta en función de si las previsiones se cumplen o no, al alza y a la baja", concluyen.

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