La demanda eléctrica se ha recuperado de una forma notable durante un mes de julio especialmente caluroso, con oleadas que han puesto en alerta a buena parte del territorio español. En lo que va de mes, la demanda se ha incrementado un 3,7% en relación con el mismo periodo del año anterior y ha suavizado la caída acumulada en los seis primeros meses del ejercicio, que superaba el 2%.
De hecho, desde 2015 el mercado no registraba un mes de julio con una demanda tan elevada. Según los datos de Red Eléctrica, en los primeros 23 días de aquel mes la demanda se fue por encima de los 17.200 megawatios/hora, un 2,6% por encima de la del mismo periodo de 2019. En aquel julio de 2015 se registraron máximos de demanda de potencia instantánea que rozaron los máximos anuales, que habitualmente se dan durante los primeros meses del año.
Precisamente, la temperatura más elevada de lo habitual durante el invierno ha constituido uno de los factores que han contribuido a que la evolución de la demanda eléctrica en la primera parte del año haya sido negativa. Una trayectoria que también se ha relacionado con las primeras señales de desaceleración económica.
La circunstancia climatológica también ha tenido que ver con el repunte de la demanda experimentado durante el mes de julio debido a las altas temperaturas registradas en buena parte de España, que ha disparado el consumo de aparatos de refrigeración.
Efecto en los resultados corporativos
Así, antes de que acabe el mes, la caída de la demanda en lo que va de año se ha reducido hasta el 1,5% mientras que en el cómputo de los últimos doce meses el descenso ya es sólo del 1%, casi un punto porcentual menos que la comparativa registrada a finales de la primavera.
El descenso de la demanda registrado en los seis primeros meses del año constituye uno de los elementos que han hecho del mercado español de la electricidad un escenario complicado para las compañías, como ha admitido este martes el consejero delegado de Endesa, José Bogas. En la presentación ante los analistas de los resultados semestrales de la compañía, el ejecutivo ha valorado la evolución de las cuentas en un entorno complicado debido también a la escasez de lluvias en los seis primeros meses del año.
De hecho, Endesa redujo su producción un 13% en el primer semestre de 2019 en relación con el periodo enero-junio de 2018.
Conexión con el crecimiento económico
Los resultados de las empresas del sector correspondientes al primer trimestre ya reflejaron una notable caída en la producción relacionada con la caída de la demanda. Los recortes fueron especialmente intensos en las plantas hidráulicas debido a la citada baja hidraulicidad.
Al factor climático se unió también el macroeconómico. Paradójicamente, la notable caída que la demanda eléctrica registró en los primeros meses del año vino acompañada de una rebaja de previsiones de crecimiento para España tanto por parte del Gobierno como por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este martes, el organismo multilateral volvía a revisar sus estimaciones sobre la evolución de la economía española aunque, en esta ocasión, al alza (en concreto, dos décimas de punto, hasta el 2,3% para 2019).