La paralización de los tanques de hidrólisis de la fábrica de Alcoa en Cervo (Lugo) hasta 2024, que consumía aproximadamente el 23% de la electricidad utilizada en Galicia, ha conseguido dos hechos: que Galicia se haya convertido en el principal exportador de electricidad de España y que, al mismo tiempo, haya firmado el mayor descenso del consumo del país.
De los casi 12 millones de megavatios producidos en Galicia durante el primer semestre de 2022, 3,5 millones de ellos acabaron en otras comunidades autónomas, convirtiéndose así en la principal exportadora de electricidad de España: es decir, que por cada dos megavatios consumidos por los gallegos, uno servía para abastecer a otra región. Un 31,9% del total, según las cifras de Red Eléctrica Española.
El efecto de Alcoa en el consumo es natural: hasta el parón, era el organismo que más energía consumía en nuestro país: aproximadamente, la planta consumía el 2% del total nacional. Este hecho, sumado al aumento del precio de la energía, han provocado que Galicia haya reducido el consumo en un 25,9%. Se aleja mucho de la media nacional, que según los datos de Red Eléctrica Española, el descenso de demanda energética del primer trimestre fue del 2%.
Esto ha hecho que Galicia haya salido de la lista de comunidades con una mayor demanda de energía. En 2020, la región ocupaba el quinto puesto tras Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana, aunque sí mantiene su condición de única comunidad de España con capacidad para ser autosuficiente en términos energéticos.
Galicia volverá a demandar más energía a partir del 1 de enero de 2024, cuando está prevista la reanudación de la actividad en Alcoa, aunque el gasto energético será menor: la compañía quiere firmar un contrato de suministro eléctrico más económico. Será un proceso paulatino que finalizará el 30 de junio de ese mismo año, momento en el que la empresa quieren que las cubas estén trabajando al 100%.
El consumo eléctrico, una losa para Alcoa
Precisamente el enorme consumo eléctrico de las cubas fue lo que hizo que Alcoa valorase, tras varios enfrentamientos con sus trabajadores, cesar la actividad para reanudarla más adelante mediante el uso de fuentes de energía más económicas que permitiesen la viabilidad de la empresa. La respuesta la podría tener el viento: el gobierno gallego de Alfonso Rueda ha tramitado por la vía de la excepcionalidad la autorización de ocho parques eólicos que se utilizarán en proyectos industriales.
De esta forma, el Gobierno de la Xunta ha escuchado la petición de la ministra Teresa Ribera, que catalogó como "capital" hace una semana que se acelere el desarrollo del parque eólico que abastecerá a Alcoa. De esta manera, la empresa podría reanudar su actividad tras dos años de parón pero con un coste energético mucho menor.
De forma paralela, Alcoa ha firmado un acuerdo con Endesa para el suministro eléctrico entre 2024 y 2034. Un contrato a precio "estable" por el que la eléctrica le proveerá de 1.151 GWh de energía.
Pese a que Alcoa progresa en su reapertura, la inflación pone peso sobre la losa que ya soporta la empresa de San Cibrao: Alcoa señala que las inversiones previstas para modernizar la fábrica han sufrido una desviación de 78 millones de euros, por lo que será necesaria una nueva convocatoria para renegociar las condiciones de la reapertura.
Se sumaría a los 90 millones de euros que ya estaban previstos y a las pérdidas registradas por la compañía a nivel global: 761 millones de euros en el tercer trimestre de este 2022. Desde la empresa señalan el alto coste de la energía en Europa y denuncian el coste del gas natural: desde la empresa denuncian que el aumento del precio del gas es de 21,4 millones de euros.