La guerra abierta entre Bankia y Bancaja “no es una batalla personal entre Rodrigo Rato y José Luis Olivas”, repiten todas las fuentes oficiales, pero lo cierto es que el presidente de Bankia y el presidente de Bancaja no han hablado desde el pasado mes de noviembre. Tras tres meses de incomunicación, Bancaja se ha negado a acatar las decisiones de su matriz y el presidente valenciano ha amenazado con llevar a los tribunales al madrileño.
Esta es la situación que se ha abierto en Bankia y que ha llevado a dos movimientos en busca del fin de la situación de bloqueo de la entidad: la financiera y la política. Dos movimientos con un mismo objetivo: la cabeza de José Luis Olivas.
La solución política ha comenzado a moverse ya. Pese a que no es una “cuestión personal”, la Generalitat Valenciana ha comenzado a estudiar la posibilidad de un relevo en la presidencia de Bancaja y sectores del PP valenciano han pedido al President, Alberto Fabra, que aborde el asunto con Mariano Rajoy en la reunión que ambos van a mantener este martes en Madrid. Fuentes del consell valenciano aseguran que hay dos posibilidades para llevar a cabo ese relevo al frente de Bankia: la del vicepresidente de BFA-Bankia, Francisco Pons, o la del consejero de la entidad valenciana José María Mas Millet.
-- Francisco Pons (Beniparrell, 1942): Es el actual vicepresidente ejecutivo de BFA-Bankia y el representante del empresariado valenciano por excelencia. Fundó una empresa familiar, Importaco, y participó en la constitución de Caixa Popular y Grupo Eroski. Desde 2003 y hasta 2011, Pons fue presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, que agrupa al centenar de compañías líderes de la Comunitat, quienes le dieron el apoyo definitivo para convertirse en vicepresidente de Bankia. En la actualidad es también consejero de Iberdrola y Telefónica.
-- José María Mas Millet (Valencia, 1953): Es uno de los consejeros de consenso y tiene el apoyo no sólo de algunos representantes del PP en Bancaja, sino también de los consejeros independientes de la entidad. Abogado especializado en Derecho Mercantil y Financiero, mantiene despachos en Valencia y Madrid. Tiene experiencia en banca (fue secretario general y miembro del consejo de administración y de la comisión ejecutiva del Banco Zaragozano entre 1986 y 1990 y ha sido también consejero del Banco Popular) y en el mundo de las grandes empresas (fue también secretario general de Telefónica en la presidencia de Villalonga) y, sobre todo, mantiene una buena relación con Rodrigo Rato y con el Partido Popular.
La solución financiera también se negocia
De forma paralela a la solución política, se mueve la solución financiera. Es la que comenzó a tratarse el pasado jueves, en la reunión que el representante de Bancaja y vicepresidente de BFA-Bankia, Francisco Pons, abordó con el propio Rodrigo Rato en su despacho de Madrid, según confirman fuentes de ambas entidades.
La estrategia pactada allí fue la de esperar a la auditoría pendiente antes de dar nuevos pasos. Según esas fuentes, se busca la “calma” financiera y, para ello, se dejará trabajar al equipo de auditores. Los resultados se remitirán a la CNMV para que tome las decisiones disciplinarias que estime oportunas, aseguran fuentes de la entidad madrileña que no confirma oficialmente este extremo. Esa auditoría puede poner más presión sobre la gestión de Olivas, así que –de momento—no se adoptarán más medidas en el terreno financiero. Se trata de esperar y ver.
Olivas pide un “voto de confianza” al consejo de administración
Dos miembros del consejo de administración de Bancaja pidieron a Olivas que reflexionara sobre si “era parte de la solución o parte del problema”, en la última reunión que mantuvo ese órgano el pasado 21 de febrero. “Sentaos a hablar”, llegó a espetarle uno de los consejeros de la entidad en la reunión del organismo. Olivas rechazó que se trate de un “problema personal” y aseguró que habla con el presidente de Bankia “cuando es necesario”. Sin embargo, fuentes de ambos entornos reconocen que no ha habido ni una sola conversación entre los dos desde el pasado mes de noviembre.
Pese a ello, Olivas pidió un “voto de confianza” en la última reunión del consejo de administración de la entidad valenciana, un voto que utilizó para nombrar a Aurelio Izquierdo como nuevo director financiero de Bancaja, con un blindaje de 14 millones de euros, tal y como adelantó Vozpópuli el pasado sábado.
Lista de agravios mutuos
Pese a que los dos directivos niegan oficialmente que haya ningún tipo de desencuentro, lo cierto es que oficiosamente ambas partes acumulan una larga lista de agravios cruzados.
Rodrigo Rato reprocha a Olivas maniobras para ocultar a Bankia su agujero inmobiliario, la entrada de la entidad en los bonos patrióticos valencianos sin consultar a su matriz e incluso el intento de manipulación de las actas de Bancaja para aparentar que la dimisión de Olivas como número dos de Bankia había sido pactada con Rato.
Por su parte, José Luis Olivas acusa a Rato de “dejar caer el Banco de Valencia” y de recortar los poderes de la entidad valenciana en la fusionada Bankia.
Todos los implicados afirman que la guerra abierta en Bankia no es una cuestión personal, pero admiten que “un cambio en la interlocución engrasaría las posibles soluciones”, asegura un consejero de Bankia.