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AENA adjudicó a dedo servicios por 172 millones a la ingeniería pública Ineco

El supuesto trato de favor de los gestores públicos de infraestructuras a la ingeniería Ineco, en cuyo capital participan, cobra carta de naturaleza especialmente en el caso de AENA. La compañía adjudicó contratos sin concurso público previo a Ineco por un valor total de algo más de 172 millones de euros durante los años 2008 y 2009, en muchos casos para desempeñar funciones propias de la propia AENA, un extremo que va en contra de sus estatutos. Con este sistema, los beneficios de Ineco se incrementaron de forma exponencial durante esos años y con ellos la retribución de sus consejeros, entre los que se encontraban el propio presidente de AENA, Juan Ignacio Lema; y su director general, Javier Marín.

  • Juan Ignacio Lema, presidente de AENA cuando se adjudicaron los contratos

AENA cerró las puertas a las compañías privadas en favor de la ingeniería pública Ineco que, además, llevó a cabo encomiendas en contra de los estatutos del gestor aeroportuario. La cifra de ingresos de Ineco procedentes de contratos relacionados con el sector aeronáutico creció de forma notable durante 2008 y 2009 y un elevadísimo porcentaje de esos ingresos se corresponden con los recibidos de parte de AENA.

En concreto, en 2008 Ineco ingresó de AENA algo más de 85 millones de euros, cuando la cartera de la ingeniería en el sector aeroportuario superaba levemente los 86 millones. En 2009 la cifra se fue hasta los 82,4 millones de euros, una cifra muy similar a la registrada en general en el sector aeronáutico.

Sin embargo, estas cantidades no encuentran base en contratos adjudicados por el gestor aeroportuario, al menos en cuanto a los cauces reglamentarios se refiere. En esos dos años, el Boletín Oficial del Estado (BOE) no recoge ni un solo contrato de este tipo adjudicado por AENA.

La circunstancia se agrava si se tiene en cuenta que el gestor aeroportuario ha impedido en repetidas ocasiones a consultoras privadas acceder a información referente a aspectos que podrían ser objeto de futuras encomiendas mientras que Ineco no sólo disfrutaba de esa información sino que además llevaba a cabo los trabajos.

En contra de sus estatutos

La legislación permite a AENA contratar con Ineco (pese a que controla un 61% de la ingeniería pública) pero el procedimiento ha de ser en el marco del correspondiente proceso público, lo que contradice que los contratos no hayan sido publicados en el BOE. Pero lo que no le está permitido hacer a AENA es ceder funciones públicas a sus sociedades participadas. Es decir, no puede encomendar labores que le corresponden a empresas en cuyo capital participa.

Pues bien, algunas de las encomiendas de AENA que llevó a cabo Ineco, como por ejemplo la coordinación de los slots aeroportuarios, son tareas propias del gestor y, por lo tanto, no podía cederlas a una compañía participada.

De esta forma, AENA incrementó de forma significativa los contratos con Ineco para hacer funciones que le corresponden e invirtió en ello más de 170 millones de euros que contribuyeron a engordar de forma significativa las cuentas de la ingeniería pública, que incrementó su facturación casi un 20% en esos dos años. Mientras que la deuda de AENA se ha disparado en los últimos ejercicios, hasta superar la cifra de 14.000 millones de euros, la facturación de Ineco no ha hecho sino crecer, para beneficio de sus consejeros, cuya retribución variable está en función de los objetivos de la compañía.

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