Sacyr ha decidido darse un tiempo en lo que se refiere a su participación en Repsol. Tras la tormenta vivida en el último trimestre del pasado año, que incluyó el cese de Luis del Rivero como presidente del grupo constructor y la venta de la mitad de su paquete de acciones en la petrolera (del 20% pasó al 10% actual) se avecina una época de estabilidad.
La compañía que ahora preside Manuel Manrique no contempla vender su participación en Repsol, entre otros motivos por una cuestión de precios. En una reunión con analistas, el director financiero de Sacyr señaló que la compañía debería deshacer sus posiciones en la petrolera a un precio sensiblemente superior a 19 euros por título, con el fin de amortizar por completo el préstamo que sostiene la participación.
De este modo, el escenario complicaría una eventual salida de Sacyr del capital de Repsol, toda vez que la cotización de la petrolera se encuentra muy lejos de la citada cota. El pasado viernes, la compañía que preside Antonio Brufau cerró la sesión en bolsa a un precio de 13,68 euros, tras un avance del 2,6% al final de la jornada. Sin embargo, en lo que va de año Repsol acumula un retroceso superior al 42%.
La constructora continuará pagando los intereses con el dividendo de Repsol
Además, Sacyr debería no sólo amortizar el préstamo sino también la deuda corporativa que ha generado la aportación que la compañía ha tenido que hacer a la instrumental Sacyr Vallehermoso Participaciones Mobiliarias, a través de la que controla la participación en Repsol. Esta aportación está cifrada en algo más de 300 millones de euros, llevada a cabo mediante una reciente ampliación de capital.
Fuentes oficiales de Sacyr precisaron que existe un rango para determinar el precio a partir del cual podrían salir de Repsol amortizando el préstamo y que, en cualquier caso, la parte baja de este rango se sitúa por encima de esos 19 euros.
No obstante, el director financiero de Sacyr aseguró a los analistas que Sacyr se encuentra cómoda con la actual participación en Repsol siempre y cuando la petrolera mantenga el dividendo con el que retribuye a los accionistas, toda vez que esta cantidad es utilizada por el grupo constructor para atender el servicio de la deuda relacionado con el préstamo. El principal deberá ser amortizado en 2015 por lo que, en estos momentos, no supone una preocupación para Sacyr.
Tampoco lo es las garantías comprometidas para dicho préstamo, sus filiales Testa (patrimonialista de inmuebles en renta), Vallehermoso (inmobiliaria) y Valoriza (servicios y medioambiente), ya que Repsol debería sufrir un descalabro bursátil (añadido a los fuertes descensos que acumula) para que la compañía se viera obligada a renovarla.