La decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de no revocar la autorización de la OPA de Atlantia sobre Abertis, frente a lo que le requerían los ministerios de Energía y Fomento, ha sido todo un jarro de agua fría en la estrategia del Gobierno por obstaculizar a la compañía italiana en la puja que mantiene con ACS por el control de la concesionaria. La postura del organismo supervisor ha provocado, además, muchas dudas en Moncloa sobre la idoneidad de la estrategia a seguir. Las primeras grietas se han abierto entre los dos departamentos que han liderado el acoso a Atlantia.
Mientras que el ministro de Energía, Álvaro Nadal, es partidario de proseguir con la estrategia que hasta ahora ha llevado a cabo el Gobierno, su homónimo de Fomento, Íñigo de la Serna, considera que la presión del Ejecutivo a Atlantia ha llegado ya demasiado lejos, especialmente teniendo en cuenta que, finalmente, ha dado como fruto el hecho de que la compañía italiana ha terminado por claudicar y solicitar las autorizaciones que ambos departamentos le exigían para optar a la compra de Abertis.
Las últimas horas han sido de alta tensión en torno a este asunto, toda vez que la decisión de la CNMV ha contrariado de forma notable a Nadal. El titular de Energía contaba con que el organismo que preside Sebastián Albella revocaría la autorización de la OPA por el hecho de que Atlantia no contaba con los citados permisos.
Tal decisión hubiera provocado un retraso en todo el proceso y, lo que era más importante, que la empresa controlada por la familia Benetton se pensara muy seriamente si seguir en la pelea por Abertis o retirarse dadas las dificultades planteadas por el Gobierno español.
El Gobierno, en evidencia
Sin embargo, la postura firme de la CNMV ha provocado justamente el efecto contrario: el proceso sigue su curso y, además, ha dado algo de aire a Atlantia, en cuyos cuarteles generales había cundido el pesimismo desde que el pasado 7 de diciembre los ministerios de Energía y Fomento enviaran los requerimientos al supervisor para que revocara la autorización de la OPA.
El enfado de Nadal se contrapone con la actitud de De la Serna, que no es partidario de que el Gobierno, a través de su departamento, siga poniendo dificultades a Atlantia en favor de ACS. El titular de Fomento considera que la empresa italiana ya ha hecho lo que el Gobierno le pedía y que una nueva vuelta de tuerca terminaría de poner al Ejecutivo en evidencia ante lo que es una injerencia en toda regla en una operación entre dos empresas privadas.
El proceso también ha generado dudas en otros miembros del Gobierno, que ven con preocupación el hecho de que las prácticas del Ejecutivo puedan llamar la atención de la Comisión Europea. El mercado da por hecho que Fomento concederá la autorización a Atlantia como hizo en el último consejo de ministros de 2017 con Hochtief, la filial a través de la que ACS ha lanzado su OPA por Abertis.
Albella, firme
La decisión de Energía genera más dudas, especialmente porque está relacionada con la participación en el operador de satélites Hispasat y la empresa italiana ha reiterado en diversas ocasiones (incluido el folleto de la OPA) que está dispuesta a aceptar cualquier decisión que el Gobierno tome en este sentido.
Mientras, el presidente de la CNMV aseguró este jueves sentirse cómodo con la decisión del organismo de no dar marcha atrás y ratificar la aprobación del folleto de OPA de Atlantia, al considerar que las autorizaciones exigidas por el Gobierno no eran necesarias. En su comparecencia en la comisión del Congreso que estudia el origen de la crisis financiera y el rescate bancario, Albella lanzó incluso un mensaje cuyo destinatario bien podría ser el ministro Nadal: "Entiendo que otras áreas de la Administración estén preocupadas de otras perspectivas".