Las únicas empresas beneficiadas por la reforma energética aprobada el 12 de julio son, de lejos, ACS y Abengoa. El ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, ha recordado en varias ocasiones que si la reforma no ha gustado a nadie, eso demuestra que el Gobierno ha hecho bien su trabajo y ha sorteado las presiones de empresas y patronales.
Pero el análisis del ministro cuenta con una excepción. Hay dos empresas a las que no ha disgustado en nada la reforma, la constructora que preside Florentino Pérez y el grupo sevillano controlado por la familia Benjumea.
Las dos operan en el negocio más nuevo de las renovables, el termosolar, el que ha salido más favorecido por el nuevo sistema de “rentabilidad razonable” de las plantas, que penaliza a las más viejas y amortizadas y favorece a las más jóvenes.
Así que los parques eólicos, la mayoría de ellos desarrollados durante la pasada década, y las plantas fotovoltaicas, cuyo boom empezó en 2007, percibirán una rentabilidad muy inferior a la que cobrarán las instalaciones termosolares, cuyo desarrollo se ha vivido desde 2010, por lo que cobrarán la rentabilidad máxima.
Nada más conocerse las líneas generales de la reforma, la Bolsa dio su veredicto el mismo 12 de julio: tremendas caídas de Gas Natural (8,05%), Acciona (8,52%) e Iberdrola (3,34%), frente a la subida del 1,24% de Abengoa y a la leve caída de ACS del 1,55%, en un contexto de bajadas generalizadas ese día de energéticas y constructoras. En dos sesiones (la del viernes y la del lunes 15), el sector eléctrico en su conjunto perdió 4.000 millones de euros de capitalización por el impacto de la reforma, mientras ACS y Abengoa se mantuvieron planos.
En el cómputo de los seis días posteriores a la reforma, Acciona acumulaba una caída del 17%, mientras ACS subía un 2,34% y Abengoa se mantenía plana.
El caso es que los días posteriores al anuncio de la reforma, todas las compañías eléctricas y los técnicos del sector hicieron sus cálculos aproximados (imposible conocer el impacto real hasta que no se desarrolle normativamente la reforma a la vuelta del verano) y la conclusión fue que el diseño realizado por Industria ha favorecido a ACS y a Abengoa.
Fuentes del sector renovable han ido algo más allá y censuran que “el Gobierno, que ha presumido de no ceder ante nadie, haya sucumbido al lobby realizado por Florentino Pérez y los Benjumea y su gente en Madrid”.
El sector fotovoltaico, herido de muerte, sufre un recorte de 600 millones, el eólico de 400 y el termosolar, de sólo 150 millones
Sirva de ejemplo el dispar impacto entre unas tecnologías y otras: según las estimaciones del propio sector renovable, el fotovoltaico queda herido de muerte, al sufrir un recorte de 600 millones de euros; el eólico sufre un ajuste de 400 millones; la cogeneración, de 262 millones; y en último lugar, el termosolar, que sólo verá mermados sus ingresos en 150 millones.
“No tiene mucho sentido que el nuevo sistema de fijación de la rentabilidad diseñado por Industria castigue a las tecnologías más desarrolladas y asentadas, que son las que tienen un precio más bajo, y premie a las que ahora son más caras y no aún no han amortizado casi nada de su inversión”, señala una de estas fuentes.
El Gobierno eliminará el actual sistema de primas y garantizará una rentabilidad razonable del 7,5% calculada a lo largo de toda la vida útil de la instalación. Un experto lo define así: “Una vez definidos los costes estándares, que todavía no lo están, la rentabilidad de cada instalación tipo se calcularía en base a la vida restante en función de los costes estimados del precio del mercado. Y la eólica empezó a instalarse en el año 2000, la fotovoltaica en 2008 y la termosolar en 2010”. De ahí que la más beneficiada haya sido la tecnología más joven.
Con el cambio normativo, el presidente del Real Madrid consigue salvar su parque termosolar de la quema. En 2010, ACS anunció que vendería todos sus activos renovables para no ser competidor de Iberdrola, de la que era el primer accionista, y dijo que obtendría 5.000 millones de euros por ellos.
ACS no ha conseguido vender sus plantas termosolares por la incertidumbre regulatoria, pero con los cambios aplicados por el Gobierno sus activos ahora valen mucho más
Hasta la fecha, sólo ha anunciado acuerdos de venta, la mayoría no ejecutados, por valor de 2.000 millones. Pero ahora, con la nueva normativa, ACS no sólo puede aspirar a un mayor precio por vender sus plantas termosolares, sino que podría incluso no deshacerse de ellas porque para este tipo de instalaciones la rentabilidad futura será superior a la del sector fotovoltaico, donde tras la reforma se prevé el cierre masivo de pequeñas y medianas instalaciones.
El sector eólico, también muy penalizado por la reforma, seguirá siendo rentable por los altos niveles de amortización de los parques y porque ya producen electricidad a precios de mercado y podrían ser rentables incluso sin prima.
Tanto desde el sector fotovoltaico como desde el eólico se ha criticado duramente el favoritismo del Ejecutivo hacia el looby termosolar: "La capacidad de influencia de Florentino queda fuera de toda duda; su trayectoria es bien conocido en todos los ámbitos de su vida empresarial, pero el juego que ha hecho la familia Benjumea y cómo han sido capaces de poner de su parte al mismísimo ministro Montoro nos parece increíble", critica una fuente renovable, que resalta que "la única patronal que aplaudió al Secretario de Estado, Alberto Nadal, en la comida del pasado 16 de julio con todo el sector fue Protermosolar".
Sin embargo, fuentes del sector termosolar, por su parte, se han mostrado a Vozpópuli muy molestos con el recorte aplicado por Soria y recuerdan que el recorte es menor porque hay aún pocas plantas en operación al ser una tecnología nueva.
Ahora mismo, hay 2.475 megavatios termosolares con derecho a subvenciones, de los que el 27% están participados o controlados por Abengoa. Estos megavatios cobrarán en 2013 en concepto de primas unos 1.700 millones de euros, según los datos oficiales, de los que el grupo sevillano se llevará 470 millones.