El presidente de ACS, Florentino Pérez, y su equipo se han apoyado en una maniobra contable desde 2011 para presentar ante los mercados un perfil financiero que no se corresponde en nada con la realidad de la compañía. Y por ello, el grupo constructor se ha llevado la reprimenda de la CNMV, que le ha mandado un exhaustivo requerimiento de información para que justifique la jugarreta contable.
Desde 2011, ACS mantiene activos en venta por valor de 7.643 millones de euros (que a cierre de 2012 eran de 6.601 millones), que le han permitido desconsolidar de su balance deuda por valor de 4.995 millones de euros en 2011 y de 4.089 millones en 2012.
Sin embargo, han pasado dos años de la puesta en venta de estos activos y las desinversiones han sido mínimas (23,25% de Clece…). Pese a ello, el grupo los sigue considerando “activos no corrientes mantenidos para la venta” y eso le permite reducirse la deuda asociada a ellos.
Si el grupo dejara de desconsolidarse la deuda por los activos en venta, su endeudamiento se dispararía por encima de los 10.000 millones de euros
El Plan General Contable así se lo permite, pero el supervisor bursátil no parece estar muy de acuerdo con el hecho de que ACS mantenga estos activos en venta durante varios ejercicios sin que consiga venderlos. Y de esta forma pueda presentar en sus cuentas un endeudamiento de ‘sólo’ 5.965 millones de euros a cierre del primer semestre de 2013, cuando en realidad éste ascendería a unos 10.000 millones si se suman los 4.089 millones de la deuda asociada a los activos aún no vendidos.
Según los datos aportados por ACS para justificar esta situación ante la CNMV (ver documento adjunto de respuesta al supervisor), desde el 31 de diciembre de 2011 están en venta activos de Concesiones, Energías Renovables (el apartado de mayor valor, superior a 3.000 millones, y de peor venta por los recortes aplicados por el Gobierno), SPL, Aeropuertos gestionados por Hochtief, Telco y Otros. Un año después, casi todos ellos siguen en venta y sólo en el apartado de “Otros” es donde se aprecia una reducción, mínima eso sí, del valor de los activos por esas pequeñas ventas realizadas.
Sólo en renovables, ACS dice que quiere deshacerse de activos por más de 3.000 millones de euros, pero los cambios regulatorios le impiden venderlos
Y entre diciembre de 2012 y junio de 2013, el valor casi no varía y se mantiene en los 6.550 millones de euros.
ACS explica a la CNMV que “los activos renovables, los aeropuertos gestionados por Hochtief y la mayor parte de las concesiones, que están clasificados como mantenidos para la venta, han mantenido esta clasificación por un periodo superior a doce meses, pero su venta no se ha terminado de realizar debido a circunstancias que en el momento de su clasificación no eran probables, fundamentalmente relacionadas con las incertidumbre regulatorias en el sector eléctrico y la situación de los mercados financieros.
Sin embargo, el grupo sigue comprometido con los planes de venta de esos activos, se están comercializando activamente y existe una alta probabilidad de que se produzca la venta en el corto plazo”.
El requerimiento de información es tan exhaustivo que exige a ACS todo tipo de detalles, desde la descripción del cuaderno de venta hasta la forma y los plazos previstos
Pero el supervisor que preside Elvira Rodríguez exige a ACS que detalle uno por uno todos los procesos de venta de esos activos, “así como las formas y plazos esperados para la enajenación o disposición por otra vía”.
El grupo constructor del presidente del Real Madrid presentó el escrito de respuesta a todos los requerimientos de la CNMV el 14 de enero pasado.
La CNMV pide explicaciones sobre cómo controla ACS el poder en Hochtief o cuál es su grado de exposición a los riesgos surgidos en el Castor tras su parón por los terremotos
En él se incluían también explicaciones sobre cómo controla ACS el poder en la alemana Hochtief con sólo un 49% del capital, cuál es la situación de su desinversión en Clece y los acuerdos con Mercapital o la más polémica de todas ellas, el impacto que tiene la paralización del almacén de gas Castor.
ACS dijo a la CNMV que no tiene el control de Escal UGS, la empresa que explota el Castor, pese a controlar el 66,67% del capital, y trasladó a Enagás parte del impacto negativo de la paralización del proyecto, lo que provocó una dura reacción de la gasista al día siguiente. Enagás alertó a la CNMV de que su posición en el Castor se limita a una posible compra futura del 33% del capital si entra en operación y cuenta con todas las autorizaciones, circunstancias que ahora no se dan.