Algo más de un año y medio tardó ACS en situar a uno de sus hombres al frente del consejo de administración de su participada Hochtief. Pero el esfuerzo ha merecido la pena para el grupo constructor y de servicios español. Marcelino Fernández Verdes, nuevo consejero delegado del grupo, anunció tras su nombramiento que en tres o cuatro meses estarían listas las nuevas líneas maestras de la compañía. Y lo ha cumplido, el consejo de administración que la empresa alemana celebró el pasado jueves ya tuvo constancia de ello.
Y los planes no aportan gran novedad para los que siguen la trayectoria de ACS. Consistirán básicamente en hacer caja con la participada, como sucedió con Dragados, igual que pasó con Unión Fenosa y muy probablemente como hubiera ocurrido con Iberdrola si el grupo constructor hubiera podido hacerse con sus mandos. Caja para lograr liquidez, necesidad imperiosa para una compañía cuyo elevado endeudamiento y su enorme apalancamiento impide salir a los mercados y hace muy cara su financiación bancaria.
La prensa alemana señalaba en estos días que los planes de ACS para Hochtief podrían afectar a algo más de 6.000 empleos de la compañía germana, una de las más saneadas de Europa. Aunque no ha trascendido el contenido de la reunión del pasado jueves, las primeras decisiones podrían pasar por la venta de filiales como la de aeropuertos, cuya planeada salida a Bolsa ya se frustró tiempo atrás, y la inmobiliaria.
Pero la enajenación de activos podría ir más allá. Los analistas hablan de activos eléctricos en Brasil, donde Hochtief cuenta con redes de alta tensión, un mercado y un sector en el que también está presente ACS.
Más de 2.500 millones en ventas
Parte de la compañía germana está en pie de guerra desde que la empresa española asumió el control accionarial a través de una OPA, a finales de 2010. Pero para algunas compañías la estrategia de ACS no es ninguna sorpresa. En 2003, apenas unas semanas después de comprar al entonces Santander Central Hispano su participación de control en Dragados (un 23,5% del capital) procedía a vender la compañía holandesa HBG, que acababa de ser adquirida por Dragados bajo la gestión de Santiago Foncillas.
ACS terminó por fusionar a esta participada y convertirla en su cabecera de construcción, sin dejar de vender activos. Entre otros, la participación de un 3% en la operadora telefónica Jazztel y, más recientemente, Dragados SPL y una cuarta parte de Clece, una de las históricas filiales de Dragados. En total, el grupo que preside Florentino Pérez ingresó cerca de 1.600 millones de euros por activos que encontró en Dragados.
Después llegó la entrada de ACS en el sector eléctrico, a través de la compra (también al Santander) de una participación de control en Unión Fenosa. A partir de entonces, la constructora comenzó a hacer caja con ventas como la participación de la eléctrica gallega en una operadora de aeropuertos mexicanos, en la certificadora Applus y en la empresa de servicios Soluziona, a cambio de una participación en Indra, que fue la compradora. En total, cerca de 1.000 millones de euros.
Sin acceso a los mercados
El desembarco en el capital de Iberdrola, del que llegó a controlar un 20%, derivó de inmediato en una lucha sin cuartel por entrar en los órganos de gobierno de la compañía que preside Ignacio Galán, cuya resistencia tuvo por bandera, entre otras cuestiones, evitar correr la misma suerte que Dragados y que Unión Fenosa.
ACS se enfrente a una complicada situación financiera. El coste de la refinanciación que ha afrontado en 2012 ha sido altísimo mientras que no ha podido acudir a los mercados de renta fija a comienzos de año como sí han hecho las grandes empresas españolas aprovechando la denominada ventana de liquidez. La compañía ha procedido a vender su autocartera, a través de un derivado con promesa de compra para evitar apuntarse más minusvalías.
A finales de mes se hará pública la estrategia de Hochtief, ya diseñada bajo el mando de Fernández Verdes, curiosamente un ex Dragados, por lo que sabe perfectamente de lo que se trata.