La búsqueda de nuevos inversores para ACS lleva camino de convertirse en una obsesión para su presidente, Florentino Pérez. Tras un pequeño parón, motivado por la final de la Copa de Europa en Lisboa, precisamente otra obsesión del también presidente del Real Madrid, aunque ésta ha logrado saciarla, Pérez ha vuelto a hacer las maletas para “vender” la compañía. Y de nuevo ha empleado la táctica de dar a sus visitas un envoltorio de carácter deportivo.
Así, Florentino Pérez fue “sorprendido” el pasado sábado por las cámaras fotográficas en París, concretamente en las gradas de Roland Garros donde presenciaba un partido de Rafa Nadal, reconocido madridista, junto al jeque qatarí Nasser Al-Khelaifi, presidente del club Paris Saint-Germain y una de las grandes fortunas del país de Oriente Medio.
La imagen dio pie a cábalas de tinte deportivo, toda vez que, una vez finalizada la temporada de fútbol, comienza a activarse el mercado de fichajes. Pero, como sucedió en ocasiones anteriores, el fútbol no centró la conversación entre los dos.
El presidente de ACS buscaba un nuevo intento de convencer al estado qatarí para que invirtiera en la compañía. A comienzos de año, contra el criterio de los técnicos y para enfado de los futbolistas, el Real Madrid aterrizó en Qatar para jugar un inoportuno partido amistoso contra el PSG. El compromiso, incluido en el acuerdo para el traspaso el entrenador Carlo Ancelotti del equipo francés al español, vino de perlas a Pérez para explorar la disposición del brazo inversor de Qatar a invertir en ACS.
Dura resistencia
Al-Khelaifi no pertenece a la familia real qatarí pero sí es un íntimo amigo de algunos de sus miembros. De hecho, el verdadero dueño de las acciones del PSG es la Qatar Investment Authority, que designó como presidente del club a una persona de confianza como es Al-Khelaifi.
Sin embargo, el pasado sábado Pérez volvió a pinchar en hueso. Acudió al encuentro en tierras parisienses con el jeque qatarí con los argumentos de que el estado asiático estaba comprando activos en España, entre ellos, el Hotel Intercontinental y una participación en Inmobiliaria Colonial, y que un paquete accionarial de ACS sería una buena opción para completar la cartera.
Pero Al-Khelaifi también llevaba el mensaje preparado y recordó a Pérez que Qatar ya es uno de los principales accionistas de Hochtief, filial alemana de ACS, en la que aterrizó para frenar el ímpetu conquistador de la compañía española.
Por el momento, Pérez no ha tenido éxito en ninguno de sus intentos por atraer inversores de Oriente Medio. Y eso que en la junta de accionistas del pasado jueves, el presidente de ACS recalcó que los extranjeros ya cuentan con un tercio del capital de la compañía, cifra que se ha duplicado en los últimos dos años.
Un juego de niños
Llegó entonces el turno de Latinoamérica. Pérez puso rumbo a Perú, donde en los últimos días se ha celebrado un torneo de fútbol para equipos alevines (hasta 12 años), en el que ha tomado parte el Real Madrid. Con esa excusa, Florentino se ha plantado en tierras peruanas donde no ha parado de hacerse fotos con los jóvenes futbolistas, en especial con Theo, el hijo menor del Zinedine Zidane, ex jugador del Real Madrid y actual asistente del entrenador.
Pero el verdadero motivo de la visita del presidente de ACS a Perú es, precisamente, la propia ACS. En estos días se celebra en el país latinoamericano unas jornadas organizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en las que el ministro de Economía de Perú, Luis Miguel Castilla, habló sobre los planes de infraestructuras del país, que incluyen, sólo para este año, una inversión superior a los 5.000 millones de dólares.
Oportunidad ideal para encontrar nuevos socios para ACS y nuevos contratos en el exterior. El agitado final de la temporada futbolística mantuvo a Florentino Pérez un poco alejado de los negocios pero ha vuelto con fuerza. Está por ver si también con éxito.