Falta menos de un mes para que venza definitivamente el majestuoso plan de incentivos diseñado en 2010 por ACS para su alta dirección y, salvo sorpresa de última hora en los mercados, ninguno de los 57 beneficiarios lo ejercerá, toda vez que el precio de ejercicio de las opciones sobre acciones fijado en su momento se encuentra por encima de la cotización de la compañía. Hasta tal punto es así que ACS ya puso en marcha uno nuevo el pasado año, dado que el consejo veía poco probable poder ejecutar el aprobado en 2010.
Este plan era un auténtico caramelo para los directivos incluidos en él. El precio del ejercicio de las opciones fue fijado en 34,15 euros por acción, aproximadamente un 12% por encima de la cotización de ACS a finales de mayo de 2010, cuando la Comisión de Nombramientos y Retribuciones del grupo de construcción y servicios lo aprobó. A poco que el comportamiento bursátil de la compañía fuera positivo durante los cinco años de vigencia del plan, éste haría de oro a los beneficiarios.
Con que ACS hubiera replicado al Ibex-35 el resultado del plan hubiera sido todo un éxito. La revalorización del índice selectivo de la Bolsa española desde que la compañía aprobó el plan de stock options de 2010 ha sido de algo más del 22%.
Tampoco hubiera sido necesario que la compañía que preside Florentino Pérez hubiera registrado el comportamiento de una de sus rivales, Ferrovial, que en este mismo periodo se ha disparado un 263% (obviamente sus directivos sí ha ido ejecutando los planes de opciones sobre acciones que la compañía ha ido aprobando a lo largo de los años).
Sin embargo, hoy en día ACS cotiza todavía por debajo de esos 34,15 en que fueron fijadas las aparentemente jugosas opciones sobre acciones. En mayo de 2014, la primera oportunidad que daba el plan para ejecutarlo, los títulos de la compañía aún se movían en el entorno de los 31 euros por acción, por lo que ninguno de los beneficiarios ejecutó sus opciones. Y este año, el último contemplado por el plan 2010, marcha por el mismo camino.
El desplome de 2012
Mucho ha tenido que ver con el fracaso de estos incentivos la gestión de Florentino Pérez, especialmente en lo que se refiere a la participación de la compañía en Iberdrola. En la compañía aún se recuerdan las dificultades de 2012, cuando ACS se vio obligada a vender la mayoría de la participación que tenía en la eléctrica (en torno al 20% del capital), acuciada por las tensiones de liquidez y las exigencias de la banca acreedora, toda vez que aquel año afrontaba vencimientos por un valor cercano a los 6.000 millones de euros.
Las circunstancias obligaron a ACS a hacer caja de forma precipitada y generando un agujero en sus cuentas próximo a los 2.000 millones de euros. La cotización llegó a perder la referencia de los 12 euros por título y algunos de los accionistas más ilustres de la compañía, especialmente Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los Albertos, comenzaron a padecer idénticas tensiones en sus finanzas personales, toda vez que las compras de acciones de crédito comenzaban a pasarles factura y los bancos exigían mayores garantías que cubrieran el desplome de la cotización.
Precisamente, Florentino Pérez es el principal beneficiario del plan, con 936.000 opciones, el 15% del total. En el caso de que ACS hubiera tenido un comportamiento en Bolsa similar al del Ibex-35, el plan le hubiera permitido embolsarse un extra de aproximadamente 6,5 millones de euros.
Un nuevo plan más seguro
El programa de incentivos se puso en marcha en plena crisis, cuando los resultados empresariales comenzaban a reflejar la difícil situación que atravesaba el país. Por entonces fue muy llamativo aunque pocos podían imaginar que cinco años después el mercado lo hubiera transformado en papel mojado.
El único plan que estará vigente a partir de mayo será el aprobado el año pasado que, precisamente para evitar circunstancias como éstas, es más fácil de rentabilizar.
El precio de ejercicio es inferior, 33,89 euros, y el plazo para ejercerlo también lo es: los 62 directivos beneficiarios podrán adquirir sus opciones en los meses de mayo de 2016 y 2017. En este caso, el pinchazo parece improbable pero los precedentes no invitan al optimismo.