En poco más de un mes, los 62 directivos de ACS beneficiarios del plan de retribución aprobado por la compañía podrán empezar a ejecutar sus opciones sobre acciones del grupo. Lo más probable es que ninguno de ellos lo haga en esta primera oportunidad porque el precio del ejercicio es superior al de la actual cotización de las acciones en Bolsa. En el peor de los casos, se quedarán sin bonus, como ya les sucedió con el anterior programa, pero la compañía ya está padeciendo los efectos del plan y no son precisamente positivos. En 2015 le ha costado casi 30 millones de euros.
Las pérdidas que se ha apuntado ACS por este concepto vienen motivadas por el sistema empleado por el grupo para otorgar el bonus a los ejecutivos. El plan de stock options está externalizado a través de una entidad financiera que se encargó en su día de adquirir los 6,29 millones de acciones de que consta el programa al precio del ejercicio fijado en el mismo (33,89 euros).
Llegado el momento de ejercer su opción, cada beneficiario tendrá que adquirir al banco los títulos que le corresponda a ese precio. Obviamente, será rentable si el precio al que cotiza ese momento la compañía en el mercado es sensiblemente superior al fijado en el plan.
El problema para ACS viene motivado por dos factores. En primer lugar, como reconoce en el informe anual correspondiente a 2015, la entidad financiera que presta este servicio “no asume el riesgo derivado de la caída de cotización de la acción por debajo del precio de ejercicio”. Ese riesgo consiste en que si los beneficiarios no ejecutan sus opciones sobre acciones, el banco las vende en el mercado y el resultado de esta operación, que en este caso sería negativo porque los títulos cotizarían por debajo del precio al que los compró la entidad financiera, se lo apunta ACS.
Y en segundo término, este riesgo que tiene que ser asumido por el grupo de construcción y servicios “no ha sido objeto de ninguna cobertura con otra entidad financiera”, como refleja igualmente el citado informe anual, que reconoce una pérdida de 29,24 millones de euros como consecuencia de la evolución de la cotización de la compañía.
Estímulos baldíos
Las acciones de ACS cerraron 2015 con un precio de 27,015, algo más de un 20% por debajo del precio del ejercicio de las opciones para los directivos. En la última sesión de la pasada semana, los títulos de la compañía que preside Florentino Pérez se situaron en 25,50 euros, aunque el pasado mes de febrero llegaron a marcar mínimos anuales de 19,31 euros.
Es decir, que el sistema empleado para otorgar el bonus a los directivos tiene un condicionante poco favorable para los accionistas de ACS. En el caso de que a los beneficiarios del plan les compense ejecutar las opciones, comprarán títulos a un precio ventajoso, sólo al alcance de ellos; en el caso contrario, simplemente renunciarán a la retribución extra, pero el accionista sufrirá las consecuencias por las pérdidas que se apuntará la empresa al no tener cubierto este riesgo.
Desde que fuera aprobado este plan, ACS ha llevado a cabo varias operaciones de compra de títulos propios para estimular la cotización de las acciones e intentar de este modo que superen el precio del ejercicio de las stock options. Pero los intentos han sido, por el momento, baldíos. De hecho, hace más de un año que el grupo no cotiza a precios en el entorno del fijado para retribuir a sus altos ejecutivos.
Los principales beneficiarios del plan son el propio Florentino Pérez, junto a Eugenio Llorente, responable de la filial Cobra, y Marcelino Fernández Verdes, consejero delegado de las filiales internacionales Hochtief y Cimic y futuro CEO de ACS. Cada uno de los tres dispone de 540.950 opciones. Les siguen Ángel García Altozano, director general de la compañía, y José Luis del Valle, secretario del consejo de administración y consejero ejecutivo, con algo más de 415.000. El siguiente escalón ya se encuentra por debajo de las 100.000.