Adif Alta Velocidad, la sociedad que aglutina los activos de la red de alta velocidad en España, cerró el ejercicio 2013 con pérdidas de 231 millones de euros, en lo que ha sido su primer año en funcionamiento, al menos desde el punto de vista contable. La compañía fue creada en diciembre del pasado año aunque las cuentas han sido confeccionadas con carácter retroactivo desde el 1 de enero.
Las perspectivas para el futuro más inmediato no son precisamente optimistas. Los presupuestos del pasado ejercicio preveían unas pérdidas para 2014 muy similares a las que ha registrado en 2013. Mientras, los presupuestos para 2015 que acaba de presentar el Gobierno calculan que Adif Alta Velocidad incrementará sus números rojos cerca de un 25%, hasta superar los 281 millones de euros.
Además, la deuda de la compañía continúa por encima de los 11.000 millones de euros, en su mayor parte relacionada con préstamos bancarios. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) es el principal acreedor de la sociedad, que este año ha comenzado a buscar nuevas vías de financiación a través de una emisión de bonos por valor de 1.000 millones de euros que se realizó con éxito en Irlanda.
De hecho, Adif no descarta llevar a cabo una nueva emisión de renta fija antes de que finalice el presente año, vista la buena aceptación que tuvo la anterior. Las inyección de liquidez serán más necesarias que nunca toda vez que el Gobierno de Mariano Rajoy está volcándose en completar la red de alta velocidad.
Una red de 42.000 millones
Como prueba, el hecho de que Adif Alta Velocidad cuenta con proyectos en curso valorados en algo más de 12.400 millones de euros. Entre ellos se incluye la finalización de los trazados del AVE Madrid-Galicia y del AVE Madrid-Extremadura-frontera portuguesa, además de la denominada Y vasca, el trazado hasta Murcia y también la línea que se prevé discurra por el centro de Madrid entre las estaciones de Atocha y Chamartín.
A finales de la semana pasada, el Boletín Oficial del Estado publicó las cuentas de la matriz de Adif Alta Velocidad, que también presentó pérdidas, en este caso de 96,6 millones de euros, lo que supuso una reducción de los números rojos del 67,5%.
España cuenta con más de 2.200 kilómetros de trazado de alta velocidad ya en funcionamiento, el segundo país del mundo en este capítulo sólo por detrás de China. Sin embargo, la construcción de esta red ha estado alimentada por la polémica, especialmente por los asuntos relacionados con los sobrecostes de las obras.
La red que actualmente está en funcionamiento ha tenido un coste para el Estado superior a los 42.000 millones de euros, con lo que la factura total cuando todos los proyectos que están a medias lleguen a su fin se irá por encima de los 55.000 millones de euros. Cifras que no cuadran con una utilización por parte de los usuarios que, hasta ahora, deja mucho que desear.