Los problemas financieros se amontonan en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que prosigue renunciando a licitaciones planteadas en los pasados meses, especialmente las relacionadas con la red convencional ante la exigencia de centrarse en completar la red de alta velocidad. La última víctima ha sido el plan para la supresión de pasos a nivel previsto para desarrollar en los próximos ocho años.
El pasado mes de agosto, Adif anunció la licitación de un contrato para el diseño de los proyectos para suprimir diversos pasos a nivel de la red convencional, especialmente en el norte de España. El contrato estaba dividido en nueve lotes, clasificados por zonas geográficas, y contaba con un presupuesto cercano a 4,9 millones de euros.
El consejo de administración de la compañía pública ha decidido desistir de la adjudicación del contrato, con lo que la fase inicial del plan 2016-2024 para acabar con los pasos a nivel, uno de los objetivos planteados por Adif desde hace tiempo, queda en suspenso y, con ella, el resto de la estrategia.
Un plan que ha corrido la misma suerte que el destinado al mantenimiento de la red convencional. Aquel contrato, también dividido en lotes (en este caso 19), presentaba un montante superior a los 600 millones de euros. Después de varias incidencias y retrasos en las fechas de presentación de ofertas y apertura de las mismas, Adif decidió suspender sine die la licitación.
Sacrificados por el AVE
En concreto, el contrato contemplaba el tratamiento preventivo de la infraestructura, vía e intervenciones correctivas en líneas tanto de ancho ibérico como de ancho métrico para la red convencional. Además, el Ministerio de Fomento estaba dispuesto a que la licitación fuera lo más repartida posible, toda vez que limitaría a dos el número de lotes a los que podría aspirar un mismo contratista, lo que daría oportunidades no sólo a los grandes grupos sino también a pequeñas empresas del sector.
Sin embargo, una vez más la red ferroviaria convencional se ha visto relegada por los planes para completar la de alta velocidad, aunque el programa relacionado con el AVE tampoco pasa por su mejor momento. La relación entre Adif y los grupos constructores se ha vuelto a tensar debido tanto a motivos de procedimiento como económicos.
Por una parte, muchos de los contratos para la construcción de tramos de alta velocidad atraviesan dificultades, tanto de retrasos como de paralizaciones, pasando por la intervención de los tribunales. El último episodio se ha dado en la línea Almería-Murcia. Sacyr solicitó la rescisión del contrato que se adjudicó para la construcción del tramo Pulpí-Cuevas del Almanzora debido a que Adif no había puesto a su disposición los terrenos para comenzar las obras dentro del plazo establecido por la normativa.
Nuevos choques con las constructoras
Por otra parte, las constructoras han vuelto a elevar la voz por los retrasos en los pagos que acumula el gestor de infraestructuras ferroviarias, una cuestión que, en su día, llevó a las compañías a plantarse y paralizar numerosos trabajos relacionados con el AVE.
En los últimos meses han sido varios los procesos de adjudicación que Adif se ha visto obligado a cancelar, la mayoría relacionados con la red secundaria, en la que se han denunciado numerosas deficiencias. En concreto, el capítulo de los pasos a nivel ha sido uno de los más polémicos. Su supresión ha sido repetidamente demandada por las Administraciones locales debido a la inseguridad que generan y los accidentes que provocan. No obstante, por el momento deberán esperar una mejor oportunidad.