Tras refinanciar nuevamente su deuda, vender parte de su imperio empresarial y acometer un duro ajuste laboral para salvar los muebles, el empresario extremeño Alfonso Gallardo, propietario del grupo siderúrgico Gallardo Balboa, ha elegido Luxemburgo como domicilio para dos nuevas sociedades instrumentales cuyo objeto principal es la toma y gestión de participaciones en todo tipo de empresas, dentro o fuera de ese territorio, considerado un coladero fiscal en pleno corazón de la UE.
Las nuevas sociedades, denominadas Steel Balboa 1 S.à r.l. y Steel Balboa 2 S.à r.l., tienen un capital inicial de 12.500 euros cada una y sus únicos accionistas son el propio Alfonso Gallardo y su esposa, Teresa Ruiz, ambos de 82 años de edad y sin hijos.
Su creación, según fuentes del grupo, “responde a una exigencia de los financiadores” de la compañía, que el pasado abril logró un acuerdo con el fondo de capital riesgo KKR para refinanciar 500 millones de euros de deuda a cambio de una inyección de 224 millones.
La operación incluyó la venta a ese fondo de dos de los activos no siderúrgicos que Gallardo compró o puso en marcha en los tiempos de bonanza: la papelera Papresa (con una planta en Rentería, Guipúzcoa), adquirida en 2007 por más de 200 millones de euros, y la cementera Balboa, puesta en marcha en 2005 en Alconera (Badajoz) y cuyo traspaso efectivo se materializará en los próximos días.
“Para materializar la operación” de refinanciación, los acreedores de Gallardo (el mayor es BBVA) “obligaban a la constitución de estas dos sociedades instrumentales que única y exclusivamente se constituyen para la operación de refinanciación”, explican esas fuentes, que añaden que “todas las sociedades y las fábricas del Grupo Gallardo Balboa tienen su domicilio fiscal y tributan en España y, buena parte de ellas, en Extremadura”.
Forjó su fortuna al calor de la burbuja inmobiliaria y de los favores del PSOE en Extremadura
El movimiento se ha producido en plena reorganización del conglomerado empresarial de Gallardo, uno de los empresarios más importantes de Extremadura y tradicionalmente considerado cercano al PSOE, el partido que gobernó esa región durante 28 años (hasta 2011).
Arquetipo de empresario hecho a sí mismo, Gallardo, hoy octogenario, comenzó vendiendo chatarra a lomos de un burro en su Ejea de los Caballeros natal y forjó su imperio al calor de la burbuja inmobiliaria (de la que fue un protagonista importante, al ser uno de los principales proveedores de acero corrugado y perfiles para promotores y constructores) y los favores políticos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, expresidente de la Junta de Extremadura, y gracias a la privilegiada conexión que le brindó su sobrino y heredero, Francisco Fuentes Gallardo, un alto cargo del PSOE extremeño y por muchos años mano derecha de Ibarra, además de diputado autonómico y senador.
Con el estallido de la crisis, por el camino se han quedado sus inversiones en medios de comunicación, papeleras, cementeras, y su intento de montar la primera refinería en Europa en décadas en Los Santos de Maimona (Badajoz), tumbado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2012, cuando emitió una Declaración de Impacto Ambiental desfavorable.