Sobre el papel todo va sobre ruedas, pero si se rasca el barniz que rodea el proyecto hispano-saudí de construir un tren de alta velocidad entre las ciudades arábigas de Medina y La Meca, lo que aparece son solo problemas. Cuando hace algo más de un año el conglomerado de empresas nacionales encabezadas por Renfe ganó el concurso, el AVE a La Meca era la comidilla de los encuentros empresariales para celebrar la Marca España. Ahora, con el consorcio ya puesto manos a la obra, se oyen pocos alardeos: afloran las peleas internas y acusaciones veladas entre la quincena de compañías del consorcio y se encaran problemas técnicos de difícil remedio como las altísimas temperaturas o la arena del desierto; eso por no hablar de otros inconvenientes tan comunes como el (in)cumplimiento de plazos o el temido sobrecoste de las obras.
Todos esos problemas inquietan a las autoridades saudíes, que entre finales de abril y principios de mayo recibieron la visita de la cúpula del consorcio hispano-saudí Al Shoula, brazo ejecutor del AVE de los Peregrinos, para abordar todos estos asuntos y tranquilizar a sus promotores. Un viaje exprés del que nadie ha dado parte públicamente en el Ministerio de Fomento y que solo se notifica en la intranet de Renfe. Así, al parecer se plantaron en Riad, capital de la monarquía teocrática, el presidente del consorcio y de la ingeniera pública Ineco, Pablo Vázquez, el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, el nuevo presidente de Adif, Gonzalo Ferré, así como consejeros de OHL, Cobra y de otras empresas.
"Implicación de las empresas españolas"
Todas las fuentes consultadas reconocen la visita, aunque algunas personas consultadas rebajan el alcance del viaje relámpago a Riad a “cuestiones de agenda”. Sin embargo, otras fuentes, las más críticas, conocedoras del caso aseguran que el motivo del desplazamiento era “mantenener una reunión con el ministro de Transportes Saudí, Jubarah bin Eid Al-Suraiseri, y reiterarle la implicación de las empresas públicas en el Proyecto de Alta Velocidad La Meca-Medina, así como el compromiso del Ministerio de Fomento español en este proyecto". Casi nada. Poco más ha podido saber este medio más que la noticia del viaje relámpago.
Hay problemas de sobra conocidos en el AVE de Los Peregrinos. Está el coste total del proyecto, 6.500 millones, una cantidad en su día demasiado baja para que el conglomerado francés liderado por el operador SNCF optase a construir la alta velocidad. Las voces que cargan contra el posible sobreprecio de momento no andan mal encaminadas: el consorcio ha instalado una vía en placa, más cara de la prevista, para asegurar la conservación de los 450 kilómetros de raíl en un complicado entorno desértico. Las obras arrancaron en septiembre y hasta 2016, fecha en que se prevé que el AVE eche a rodar, nada hace prever que no habrá más cambios.
Se prevén la mitad de viajeros
Zanjar las peleas internas fue otra de las problemáticas abordadas en la visita a Riad. El reino de los Saud sabe de algunos rifirrafes, como el que emprendió hace semanas OHL. La compañía de Juan Miguel Villar Mir ha emitido una protesta formal ante el consorcio y estudia recurrir a sus servicios jurídicos porque su participación en Al Shoula (en el que, con el 10% del proyecto, se encargará del mantenimiento) no está saliendo según el guión previsto. Otras empresas implicadas como Talgo (encargada de la explotación), Dimetronic, Indra o Copasa podrían seguir los pasos de OHL.
A todas estas cuestiones hay que sumar el cumplimiento de plazos y objetivos. No solo está en juego la fecha de lanzamiento del AVE, que se espera para dentro de tres años, sino también las previsiones de ocupación. Inicialmente, el AVE de La Meca iba a transportar a 30 millones de pasajeros anuales cuando Arabia Saudí tiene una población de… 28 millones. Cuentan fuentes del consorcio que nunca hubo un estudio serio sobre el volumen anual de usuarios. Renfe, de hecho, maneja un informe que rebaja el número de viajeros a la mitad.