Ayuntamiento y Comunidad de Madrid se han enzarzado en una disputa que ha terminado, por el momento, con un contrato destinado a la Empresa Municipal de Transportes (EMT), en manos privadas. Metro de Madrid, propiedad al 100% del gobierno regional, ha tenido que licitar el servicio de autobuses que sustituirá el que presta actualmente la línea 1 de la red cuando se inicien las obras de remodelación. El desacuerdo de ambas administraciones ha provocado que un dinero público que podría haberse quedado en la Administración, vaya a ir a parar a una empresa privada.
El pliego de condiciones de la licitación contempla un presupuesto de 3,056 millones de euros. Antes de poner en marcha este proceso, la Comunidad de Madrid negoció con el Ayuntamiento la posibilidad de que el servicio alternativo de autobuses fuera prestado por la EMT. Sin embargo, el acuerdo no fue posible.
La EMT considera que el pliego de condiciones de la licitación tiene un buen número de imprecisiones e indefiniciones
Como informó Vozpópuli, la oferta de la compañía municipal fue considerada como demasiado cara por la Comunidad, toda vez que suponía un coste de 5,13 euros por autobús y kilómetro mientras que la opción de una compañía privada permitía un ahorro de casi dos euros en esta variable. Al Gobierno liderado por Cristina Cifuentes no le quedó otro remedio que recurrir a la licitación del servicio, una opción que tampoco parece haber convencido al Consistorio de la capital.
La EMT pregunta por el contrato
Como prueba, la EMT se ha apresurado a registrar ni más ni menos que 60 preguntas sobre este proceso. La compañía de autobuses municipales considera que el pliego de condiciones de la licitación tiene un buen número de imprecisiones e indefiniciones y no aclara aspectos fundamentales como el tipo de autobuses que se requiere para prestar el servicio.
En un comunicado, el gerente de la EMT, Álvaro Fernández Heredia, asegura que del pliego puede desprenderse que Metro de Madrid pretende ofrecer un servicio de bajo coste a los ciudadanos, sin tener en cuenta los estándares de calidad de servicio que exige el Consorcio Regional de Transportes. La EMT concluye que es la única compañía que está en disposición de prestar este servicio con garantías.
La empresa dependiente del Ayuntamiento de Madrid puso sobre la mesa una oferta excesivamente cara, con el planteamiento de que la prestación de esta servicio requeriría contratar personal extra que, posteriormente, pasados los cuatro meses largos previstos para las obras de la línea 1 del metro, deberían despedir.
La oferta de la compañía municipal fue considerada como demasiado cara por la Comunidad
Un dinero que no llegará a la EMT
El desencuentro entre ambas administraciones no es el primero que se produce, toda vez que son de diferente signo político. Sin embargo, en este caso las consecuencias son de carácter económico. Teniendo en cuenta que Metro de Madrid estaba obligado en cualquier caso a realizar un desembolso para que los usuarios no sufrieran las consecuencias del cierre de la línea, el escenario ideal sería que el dinero se quedara en la Administración, en este caso en la EMT.
Ahora, además, el proceso se ve envuelto en la polémica. La EMT no prestará el servicio pero sus responsables no parecen dispuestos a quitarle el ojo al proceso de adjudicación del contrato. La trifulca promete nuevos capítulos a costa de los sufridos ciudadanos.