La banca europea ha iniciado 2016 con fuertes caídas en Bolsa, con el caso de Deutsche Bank como el que más niveles de riesgo conlleva para la eurozona. Pero no son las bolsas el único frente de la banca que tiene preocupados a los mercados en lo que va de año. Y es que los 'cocos', el producto de deuda y capital más popular durante los últimos años en el sector financiero (porque puede ayudar a absorber pérdidas a los bancos en problemas) está sufriendo también un auténtico batacazo entre los inversores.
Tal y como muestra un reciente informe de la agencia de calificación Scope Ratings, el índice que mide la cotización de los 'cocos' ha descendido un 15% en lo que va de año
Los 'cocos', o bonos convertibles contingentes, son un tipo especial de deuda corporativa que se caracteriza por convertirse automáticamente en acciones bajo ciertas condiciones prefijadas por la propia entidad emisora. Es decir, son bonos de deuda con un coste (el principal), que pagan un cupón y que, en caso de que el banco esté en problemas, pueden convertirse en acciones para reforzar el capital del mismo. Estas especiales características han permitido a los bancos contabilizar sus emisiones de 'cocos' como parte de su capital regulatorio (aquel que sirve para medir los ratios de solvencia). Por eso, este producto financiero está considerado como AT1 (Additional Tier1, o capital principal adicional).
Tal y como muestra un reciente informe de la agencia de calificación Scope Ratings, el índice que mide la cotización de los 'cocos' ha descendido un 15% en lo que va de año. Estas caídas se debe "en parte como un reflejo de la aversión actual del mercado a los activos con riesgo, pero desde el punto de vista de Scope también reflejan las cada vez mayores preocupaciones respecto al pago de los cupones". Es decir, que los bajos niveles de rentabilidad de la banca han puesto en cuestión la capacidad de pago de los intereses de los 'cocos'. Otra de las características de los mismos es que la propia entidad, en determinadas circunstancias, puede no pagar sus cupones; pero obviamente esto se refleja en la cotización de los mismos, que es más volátil que la de otros tipos de instrumentos de deuda.
Deutsche Bank, ante la cada vez mayor sospecha de que no iba a ser capaz de afrontar sus cupones, anunció una recompra de gran parte de los mismos (unos 5.000 millones de euros), con el fin de terminar con las especulaciones en los mercados. "Deutsche Bank estaba en el centro de la atención de los inversores, y se sintió obligado a publicar una información actualizada de su capacidad de pago de los AT1", explican los analistas de Danske Bank en un informe de esta semana.
Dudas con miles de millones pendientes de emitir
La creciente aversión a los 'cocos' se demuestra al ver los datos de nuevas emisiones. En un análisis global publicado por la agencia Fitch esta misma semana, se habla de una caída del 50% en el volumen de AT1 emitidos en el cuarto trimestre de 2015 respecto al mismo periodo del año anterior. Y en las primeras semanas de 2016 apenas se han visto dos: 2.500 millones emitidos por Credit Agricole y otros 1.500 millones por parte de Intesa San Paolo.
"Las emisiones de entidades de la eurozona se limitaron a cantidades relativamente pequeñas por parte de bancos alemanes, suizos, noruegos y finlandeses. En diciembre, el Allied Irish Bank se convirtió en el tercer banco irlandés capaz de hacer una emisión después de la crisis", señalan desde Fitch, quienes también apuntan al riesgo al alza de impago de los cupones como causa que explica este desinterés de los mercados por los 'cocos'.
Uno de los problemas de esta creciente aversión a los AT1 es que la banca europea (y los dos grandes españoles) están obligados a realizar nuevas emisiones de 'cocos' durante este año si quieren cumplir con los requisitos de capital regulatorio surgidos a raíz de las nuevas reglas de solvencia de la unión bancaria. Tal y como ya publicó Vozpópuli, una entidad como Banco Santander tiene un déficit de capital de 23.000 millones de euros que se ha de cubrir con este tipo de productos. Hasta ahora la banca española no ha sido ni mucho menos la más fecunda en emisiones de AT1: Según los datos de Fitch apenas hay unos 13.000 millones de euros en el mercado, frente a los más de 40.000 de Reino Unido, por ejemplo.