La banca española tardará todavía mucho tiempo en deshacerse de su ladrillo y sus activos relacionados con el inmobiliario. Al menos esta es la previsión que manejan los analistas de la agencia de calificación Fitch, que en un reciente informe sobre la banca europea destaca la debilidad que aún presentan las entidades españolas. La agencia de rating resalta que la calidad de los activos en los bancos españoles e italianos "es la más débil de los cinco grandes mercados de la UE, y refleja las recientes tensiones económicas en dichos países", señalan.
Pese a que las desinversiones han sido constantes desde el año 2013, la banca todavía mantiene decenas de miles de millones de euros en activos tóxicos relacionados con el ladrillo. Y no todo se podrá vender fácilmente, según Fitch: "Los activos inmobiliarios comerciales adjudicados, los créditos deteriorados y los activos tóxicos fuera de las principales ciudades podrían permanecer en los balances por un periodo prolongado a no ser que las bajadas de precios y la mejoría de la economía revitalicen el interés de los inversores extranjeros", concluyen.
El stock de créditos tóxicos tocó techo en 2014, y desde entonces no ha hecho sino descender, gracias sobre todo a la resolución y liquidación de buena parte de los mismos en favor de la Sareb, fondos especializados, socimis, FAB, etc. Dichos préstamos cayeron un 20% entre agosto de 2014 y agosto de 2015 (últimos datos disponibles), en todo tipo de segmentos, aunque los activos de la banca siguen comportándose comparativamente peor que el del conjunto de Europa.
Se espera oleada de desinversiones
Fitch espera un descenso "gradual" de los créditos deteriorados durante los próximos dos años. Por ejemplo, los volúmenes de activos adjudicados empezaron a estabilizarse a lo largo de 2015 en la mayoría de los bancos españoles, e incluso para el sector en su conjunto se registró ya un descenso global.
Aunque durante 2015 ya se han registrado numerosas operaciones inmobiliarias (tantas que ha sido un año de récord), los analistas de esta agencia de calificación esperan que se lleven a cabo más transacciones, sobre todo relacionadas con los bancos medianos y pequeños y en favor de inversores institucionales. "El provisionamiento continuo de los bancos permitirá hacer mayores descuentos que abran lo suficiente el apetito de los inversores", anticipan, si bien son conscientes de que una gran reducción de activos adjudicados tomará más tiempo, en la medida que expone a las entidades a tener que constituir más dotaciones por pérdidas.
España y Francia, los más saneados
El hecho de que los bancos españoles mantengan un alto porcentaje comparativo de activos tóxicos contrasta con el hecho de que es, junto con la banca francesa, el sistema financiero que más coberturas ha dispuesto para sanear sus balances. De hecho, las entidades bancarias españolas tiene una cobertura en el entorno del 60% (ver gráfico inferior), tras haber incrementado sus niveles de saneamiento durante el último año, si bien desde Fitch afirman que esperan una mayor cantidad de reservas, en especial en créditos respaldados por activos del ladrillo.
"Es todavía demasiado pronto para saber si en España los precios han tocado fondo en ciertas partes de España", reconocen los analistas de Fitch. Y es que hay todavía asuntos por aclararse en la recuperación del sector del ladrillo en España y su relación con los bancos. Uno de los temas pendientes, a su juicio, es el de las pérdidas incurridas pero no reportadas (IBNR, por sus siglas en inglés). "En España, las mayores provisiones por IBNR podrían estar relacionadas con un significativo stock de créditos clasificados como subestándar bajo la normativa del Banco de España, que los excluye de la definición de activos tóxicos de la EBA", explican.
Otro de los asuntos por resolver es la posición de capital de algunos bancos españoles, que permanece "vulnerable" ante cualquier tensión procedente de activos no provisionados. "Anticipamos que los bancos podrían acelerar las ventas de aquellas exposiciones problemáticas y activos no estratégicos en 2016 para liberar capital, reforzar la solvencia y ayudar a expandir su negocio", tal y como prevén desde Fitch.