La nueva circular de provisiones basadas en pérdidas esperadas que ultima el Banco de España no afectará a todas las entidades por igual, y habrá perdedores y ganadores. Al menos esta es la estimación de los analistas de Bankinter, que en un reciente informe de análisis opinan que la nueva metodología para contabilizar los deterioros de las carteras sitúa a tres entidades (Banco Popular, Bankia y Liberbank) como las tres más perjudicadas por el nuevo marco regulatorio, que entrará en vigor ya en junio de este año, tal y como adelantó Vozpópuli.
El equipo de análisis de Bankinter estima que al abandonar el enfoque de pérdida incurrida y atenerse al de pérdida esperada "las entidades con mayores tasas de morosidad tales como Popular (superior al 13,0%), Bankia (actualmente en 11,4%) y Liberbank (en el 10,4%) se verán negativamente afectadas", según consta en su informe. Y es que la nueva circular les obligaría a dotar mayores provisiones o, con el objetivo de mitigarlas, a vender más activos "improductivos, especialmente inmobiliarios", señalan.
"Entendemos también que las entidades que históricamente han obtenido ratios de morosidad más bajos que la media sectorial no deberían verse perjudicadas por este cambio de criterio"
Frente a los tres mayores agraviados por la nueva metodología contable se sitúan el resto y sobre todo aquellos bancos con menores ratios de morosidad crediticia. Y es que los analistas del banco prevén que la nueva regulación pondrá aún más de manifiesto las diferencias existentes entre unas entidades y otras, y entre los mix de las carteras creadas por cada una. "Entendemos también que las entidades que históricamente han obtenido ratios de morosidad más bajos que la media sectorial no deberían verse perjudicadas por este cambio de criterio contable ya que probabilidad de default de dichas entidades ha demostrado ser consistentemente más baja", concluyen.
Provisión colectiva para mantener lo atesorado
Tal y como ya contó este diario, una de las intenciones del Banco de España con esta nueva circular (que se publicará a lo largo de las próximas semanas) es la de "contener" las provisiones ya dotadas durante todos estos años de crisis financiera. Y es que el grueso de la reestructuración del sector ya queda lejos, y todos los bancos parecen estar cumpliendo sobrados los requerimientos de capital, por lo que podría existir el incentivo de desprovisionar para mejorar la cuenta de resultados, algo que el BdE quiere evitar, en parte, con esta nueva metodología.
La nueva normativa contable eliminará los llamados riesgos subestándar, un tipo de contabilización propio del Banco de España que obliga a provisionar parte de un activo; también se baraja la eliminación de la provisión genérica (es decir, que no está asignada a ningún activo dañado concreto). Para evitar que las entidades liberen todo ese capital, el regulador estudia crear una categoría de activos con "seguimiento especial", de forma que ciertos sectores y negocios tengan que estar dotados ante posibles pérdidas. También se plantea crear una nueva provisión "colectiva", basados ambos en el enfoque de pérdida esperada.
El nuevo sistema permitirá a las entidades medir sus provisiones a partir de modelos internos de cálculos de riesgos. En opinión de Bankinter esto aumentará "las diferencias en el coste del riesgo aplicado por cada entidad y previsiblemente también la volatilidad en las cuentas de resultados", anticipan. Y es que el hecho de calcular las pérdidas esperadas implica ceñirse más al ciclo económico y menos a las pérdidas efectivamente sufridas por cada entidad.