Las concesionarias de autopistas de peaje que finalmente han solicitado el concurso de acreedores se han encontrado con un obstáculo insalvable en su carrera por evitar la quiebra: las duras condiciones impuestas por los bancos a la hora de negociar las diferentes refinanciaciones.
Ante los problemas generados por las pobras cifras de tráficos que se registraban en las carreteras y los sobrecostes de las expropiaciones, un asunto que amenaza con eternizarse en los tribunales, la mayoría de las sociedades concesionarias optó por iniciar un proceso de refinanciación para intentar evitar la quiebra. Sin embargo, las condiciones impuestas por los bancos fueron mucho más duras que las que habían planteado inicialmente, cuando otorgaron los primeros sindicados a las recién adjudicatarias.
De este modo, en la mayoría de los casos los tipos aplicados a los préstamos consistieron en Euribor más un extra que oscilaba entre los 120 y 150 puntos básicos. Nada que ver con las condiciones medias impuestas en los últimos años. La banca accedió a refinanciar pero con un tipo fijo que se iba por encima de los 300 puntos básicos en la mayoría de los casos.
El caso de Accesos de Madrid, concesionaria de las radiales R-3 y R-5, es uno de los más paradigmáticos. El préstamo sindicado que firmó en 2003, en el que estaba presente Caja Madrid, fue refinanciado con un doble vencimiento, en 2010 y en septiembre de 2012, precisamente cuando la sociedad ha decidido solicitar el preconcurso. Las nuevas condiciones de financiación presentaban un tipo de Euribor más 300 puntos básicos.
El papel del BEI
Otro caso es del de la concesionaria de la R-4, participada por Sacyr, Ferrovial y la antigua Caja Castilla-La Mancha. El sindicado encabezado por BBVA y Sabadell, entre otros, había otorgado el préstamo inicial con un interés de Euribor más 130 puntos básicos. Un tipo que no tenía nada que ver con los nuevos impuestos en las refinanciaciones posteriores, que han culminado posteriormente en el concurso de la sociedad concesionaria.
Otra circunstancia común a los concursos en cadena de las concesionarias es la presencia de préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en el inicio de las actividades de las compañías. El organismo supranacional tuvo un papel más que relevante a la hora de formalizar las financiaciones de los proyectos pero las circunstancias han hecho que cada una de estas aventuras haya acabado de un modo muy diferente al planteado en principio.
Ante la falta de financiación para promover obra pública nueva, el apoyo de entidades como el BEI se antoja más que necesario aunque estos precedentes no juegan precisamente a favor de la implicación del organismo en grandes proyectos de infraestructuras.