Sin duda, puede decirse que en los últimos tiempos ha tenido lugar una auténtica ‘burbuja de los mercados alternativos’. El pasado 18 de junio, Beka Finance, antigua Bankia Bolsa, colocador de Gowex, emitía un informe de más de 15 páginas revisando más de un 80% su valoración de la empresa.
De esta manera, elevaba su precio objetivo desde 17 a 31 euros, lo que suponía valorar a la compañía en 2.445 millones de euros frente un valor de mercado de entonces de 1.341. Eso significaría un tamaño aproximado al de Técnicas Reunidas, Sacyr o la propia BME, digno del Ibex, por supuesto. El 1 de julio saltaba a la luz la estafa después de que la opaca firma Gotham City afirmara que valía 0 euros y era igual que Pescanova.
El informe resulta especialmente llamativo; casi doloroso. “Inmejorable track record”, “sigue liderando la tendencia para monetizar esta tendencia”, “multiplicará sus ventas por 5,5”, “realizará más adquisiciones estratégicas”…
La compañía ha logrado engañar a la totalidad del mercado, ya que ningún bróker había mostrado cautelas excesiva con las valoraciones. De eso presumía la firma la semana pasada mediante Hecho Relevante, presumiendo del favor del mercado. También lo tenía Pescanova en el momento del concurso de acreedores.
La locura de los mercados alternativos
Claro que esto no es algo raro en los mercados alternativos. Algunos foros financieros (Zero Hedge, Gurús Blog o incluso los informes de firmas bursátiles como Attitude), recogen el caso de otra empresa americana, llamada Cynk Technologies (ticker Bloomberg CYNK US Equity).
La compañía simplemente promete que se dedicará al desarrollo de redes sociales. Tiene una capitalización bursátil de 1.400 millones de dólares, pero no duda en declarar que cuenta con un solo empleado, que lleva cuatro años sin actividad, que sus activos valen 39 dólares…
Sin embargo, desde los 0,06 dólares de principio de año ha subido hasta 4,95. En la última sesión, había subido un 36%. Un caso más de esas penny shares que esbozaba la película ‘El Lobo de Wall Street’ y que, por grotescas que puedan parecer, continúan aflorando. Con toda seguridad, en EE UU no sorprenderá tanto un caso como el de Gowex, aunque en ese país es más habitual ver a ejecutivos pasando por la Justicia que en España.
