El bitcoin es una oportunidad para unos y una estafa piramidal para otros. Algo que determinará el paso del tiempo y la evolución de la moneda virtual. Lo que ya es una realidad es el consumo energético de la moneda.
¿Consumo energético? ¿Tan grande? Sí. El problema se encuentra en los llamados 'mineros' de bitcoin. El fundador de esta criptomoneda, Satoshi Nakamoto -no se sabe si el nombre responde a una persona o a un grupo de personas-, decidió que la moneda tuviese 21 millones de unidades o bitcoins. Ni uno más ni uno menos. Además, estableció que cada uno de ellos se encontraría escondido, envuelto en códigos inacabables que los internautas deberían encontrar.
Ese es el problema principal en cuanto al consumo energético. Los ordenadores dedicados al minado de bitcoin no son los habituales portátiles o PC -que también-, sino principalmente equipos cuya construcción está pensada para ofrecer un alto poder computacional. Es decir, están centrados en buscar y ejecutar millones de combinaciones de números y letras hasta conseguir dar con un bitcoin.
El informe destaca que el consumo eléctrico del bitcoin hoy en día es un 0,16% del total mundial. Puede parecer una cifra irrisoria, pero si se mantiene el actual ritmo del crecimiento -está en torno al 35%- en dos años supondrá el 100% del consumo mundial
En ocasiones -la mayoría- se forman cooperativas de mineros -personas que buscan bitcoins-, que crean una red con decenas, centenares y hasta miles de ordenadores para tener más músculo y encontrar más rápido los bitcoins. Cuando se encuentra un yacimiento, se reparten las ganancias. Así funciona.
El número de operaciones necesarias para conseguir una de estas criptomonedas es muy alto, y corre en paralelo al consumo energético. Esto ha provocado que empresas creadas especialmente para minar bitcoins se hayan mudado a países en los que la energía es más barata o está subvencionada -China, Venezuela...-.
Si el bitcoin sigue creciendo de esta manera, en 2020 toda la energía del planeta será acaparada por los mineros y también por quienes operan con la moneda -su utilización y compraventa también supone un alto consumo energético-.
Así lo asegura un estudio del comparador energético inglés Powercompare, en el que España aparece en el segundo grupo de países que más consumo eléctrico realizan en torno a esta moneda, por detrás de Estados Unidos, China, Francia, Brasil o Inglaterra, entre otros países.
El informe destaca que el consumo eléctrico del bitcoin hoy en día es un 0,16% del total mundial. Puede parecer una cifra irrisoria, pero si se mantiene el actual ritmo del crecimiento -está en torno al 35%- en dos años supondrá el 100% del consumo mundial.