Este miércoles comienza en el juzgado mercantil número 2 de Madrid el primer juicio contra Blablacar que se celebrará en el mundo y también el primero contra la 'economía colaborativa' en nuestro país. A un lado, la empresa francesa que ha sido acusada de competencia desleal con base en dos ideas: intermedia en el mercado del transporte sin tener autorización para ello y realiza una actividad de transporte público (con vehículos privados), también sin autorización. Al otro, la confederación de autobuses Confebús, que culpa a Blablacar de haberle provocado una caída del 20% en su negocio por esta competencia desleal.
La sentencia no llegará hasta final de año
La vista es inédita y se produce después de que Confebús demandara a Blablacar el pasado verano después de haberla denunciado a CNMC y otras instancias en 2014. Es continuación de la ocurrida unos meses atrás, cuando tras escuchar a ambas partes, el juez Andrés Magro optó por no aplicar las medidas cautelares solicitadas que hubieran suspendido un servicio que usan miles de personas cada día. Pero Magro no tembló al acabar con la actividad de UberPop en la nochevieja de 2014 y fuentes jurídicas consideran que la partida está muy abierta. La sentencia no se espera hasta finales de año.
El abogado de Confebús, Jose Andrés Díez, tratará de demostrar que Blablacar esconde un negocio bajo el paraguas de la economía colaborativa y que no cumple la ley de ordenación de transporte terrestre (LOTT). Díez tiene una posición curiosa en los distintos casos de transporte: defiendió a los taxistas que consiguieron suspender a Uber y también fue contra los taxistas en el caso de Cabify (cuyas cautelares también se rechazaron). Ahora, defiende de nuevo a los sectores tradicionales mostrando su capacidad para moverse en ambos frentes del conflicto.
Blablacar, defendido por Pérez Llorca, esgrimirá dos informes encargados a dos consultoras y que dan unos datos que lo eximirían de cualquier tipo de culpa. Uno es un informe de Roland Berger que asegura que más de un 95% de sus usuarios ganan menos de 50 euros al mes con el servicio (lo que desmintiría la opción de que se dedicaran de forma profesional al transporte). En este estudio, también se asegura que los pocos usuarios que ganan dinero contando todos los gastos del vehículo (seguros, desgaste de ruedas, depreciaciones, combustible, etc...) apenas ganan 3 euros al año. El otro estudio es de la consultora Compass Lexecon, también favorable a Blablacar: asegura que el impacto del servicio de 'carsharing' en los autobuses es de apenas un 0,3% y que un 66% de los viajes publicados conectan puntos que no tienen un trayecto de autobús equivalente.
Confebús no lo cree
Pero los informes solicitados por Blablacar chocan de lleno con los datos de los autobuseros, totalmente opuestos. Según Rafael Barbadillo, presidente de la patronal, "las plazas que oferta Blablacar ya compiten completamente con las de los autobuses, sólo que ellos no pagan impuestos, ni cumplen ninguna normativa, ni nada". Los estudios de Confebús, realizado mirando la web de la empresa francesa, aseguran que Blablacar ya oferta casi la mitad de plazas que los autobuses en días de alta afluencia (como fines de semana). "Por ejemplo entre Madrid y Valencia, un viernes Blablacar ya oferta 344 plazas mientras que los autobuses son 780. Para un Madrid-Murcia, ellos ofrecen 224 y los autobuses 572". Estos trayectos, junto con viajes internos dentro de Andalucía, son algunos de los más frecuentes en España.
Además, asegura que los precios son altos en comparación con los de los autobuses, por lo que el ánimo de lucro es evidente. Los autobuses, por su parte, mueven "88.000 puestos de trabajo y más de 1.000 millones de ingresos fiscales". Además, Barbadillo cree que "la ley dice que para que sea transporte particular debe ser con vehículo propio entre tus familiares y allegados y la segunda condición es que no se puede cobrar por ello. Ambas cosas se incumplen aquí". Para el country manager de los franceses, Jaime Rodríguez "en la actualidad la definición de allegados debe por fuerza ser más amplia". Rodríguez se declara "sorprendido" por haber llegado a esta situación en lo que es "la única demanda que tiene Blablacar" a pesar de que opera en varias decenas de países.