El pozo sin fondo de dinero público en que se han convertido las cajas de ahorros y, muy especialmente, algunas como Bankia o la CAM se fraguó con decenas o cientos de decisiones erróneas, que crearon un enorme agujero que el contribuyente español ha tenido que asumir.
La Caja de Ahorros del Mediterráneo (que en el momento de su quiebra era la cuarta caja más grande de España tras las de Madrid, Barcelona y Valencia) entregó a Marsans, compañía del expresidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, un total de 98 millones de euros para comprar un hotel que valía sólo 14. El total del crédito fallido ha sido de 124 millones, que Díaz Ferrán nunca devolvió y que ha pasado a engrosar las filas de la deuda o el déficit públicos.
La información la cuenta ABC, quien relata como el 13 de abril de 2007, CAM dio 126 millones de dólares (95 de euros) a Teinver S.A., sociedad patrimonial del grupo Marsans, a través de la filial Hotesand Inmobiliaria. Con este crédito se compró el hotel Bluebay Grand Esmeralda en la Riviera maya, aunque la diferencia de cifras es llamativa: en la escritura de compraventa se fija un precio de 27,5 millones de euros, tan sólo un 25% del capital concedido.
A pesar de que Díaz Ferrán no devolvió ni un euro de estos millones concedidos antes, la línea de crédito fue incrementada y se establecía que no tenía que empezar a devolver el efectivo hasta abril de 2011. Como el grupo Marsans entró en concurso y dejó de pagar un año antes, la CAM no ha visto ni un euro de lo prestado.
Díaz Ferrán también dispuso de créditos ventajosos en Caja Madrid, aunque en este caso la cuantía es inferior, llegando a los 15 millones de euros.
