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Acuamed quiso contaminar el Ebro "en plan 'tira la manguera, Manolo'"

Las investigaciones de la trama delictiva apuntan a que la empresa pública llegó a planear echar ácido clorhídrico sin control al río.

  • Los embalses de la Cuenca del Ebro, al 63,5%. Embalse De La Cuenca.

Las investigaciones de la trama delictiva de Acuamed apuntan a que la empresa pública llegó a planear echar ácido clorhídrico sin control al río Ebro -"en plan '¡venga, Manolo, tira la manguera flexible, dale!'", según los pinchazos de la Guardia Civil- para ahorrarse costes en la depuración de las aguas del embalse de Flix, en Tarragona, y beneficiar así a la contratista, la firma FCC, a cambio de presuntos sobornos, tal y como publica el diario El Mundo.

En busca de contratos ficticios como coartada para desviar dinero público -según la Guardia Civil-, Acuamed y la empresa proyectaron la apertura de un nuevo contrato, por 11 millones de euros, para limpiar el lugar, con un pH (grado de alcalinidad o acidez) fuera de control y del que ni siquiera se habían extraído todos los residuos pactados: aún quedaban, y aún quedan, 200.000 metros cúbicos de lodo contaminado en el cauce fluvial.

El director de obra colocado por Arcadio Mateo, el presunto cabecilla de la red, manifiesta varias veces el plan de verter ácido clorhídrico a la balsa

Es entonces cuando entra en escena Pablo Martín Mira -el director de obra colocado por Arcadio Mateo, el presunto cabecilla de la red-, manifestando en varias ocasiones, de acuerdo a los pinchazos de la Guardia Civil, su plan de verter ácido clorhídrico a la balsa creada en el río en el amplio perímetro a limpiar. Todo para evistar gastos a FCC y facilitarle una vía rápida para maximizar su margen en esos 11 millones que estaban acordando.

Según El Mundo a Martín Mira no se le atribuyen incrementos patrimoniales en la investigación más que el cumplimiento de órdenes de sus jefes, pero sí se hace eco de la idea de Gabriel Mañueco, presunto número dos de la trama, quien, en una grabación fechada el pasado 27 de octubre, le dice que podrían bajar el pH del agua, desorbitado, "echándole un poquito de ácido clorhídrico y tal y no sé qué, ¿no? Con unos bidones".

Delito medioambiental

La idea que revoloteó en este diálogo se reforzó en otra conversación pinchada el 12 de noviembre pasado, a tan sólo un mes de que los agentes detuvieran a los ahora imputados, pero esta vez entre Martín Mira y David Blanca, ingeniero de FCC en la obra.  "Incluso nos podríamos plantear echar ácido, echar clorhídrico directamente al embalse", plantea Martín. A lo que Blanca responde que "eso está sobre la mesa", aunque habría que hacerlo de forma "ordenada" como lo "prefieren" los químicos. Y a continuación, bromea diciendo cuál sería su modus operandi en comparación con el de estos químicos. "Nosotros a lo bruto, ¿que haríamos? Como vaciar una cuba [risas], a tomar por culo [...] Tú y yo lo haríamos a lo bruto, cogeríamos y '¡venga, Manolo, tira la manguera flexible, dale!', y aquí paz y después gloria...", dice Blanca.

Aunque el veneno fuera vertido en una parte cerrada a la corriente del Ebro, echar ácido en grandes cantidades en el río podría ser constitutivo de delito contra el medio ambiente, como valoró la propia Guardia Civil.

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