El ex consejero delegado del Anglo Irish Bank David Drumm fue hoy condenado a seis años de cárcel por cometer un fraude multimillonario en esa entidad, cuya caída obligó al Gobierno de Dublín a pedir un rescate a la UE y el FMI en 2010.
Según la sentencia de la Corte de lo Penal de Dublín, el exbanquero, de 51 años, conspiró "de manera deshonesta" para modificar el balance de cuentas del Anglo, ya desaparecido, entre marzo y septiembre de 2008, en un fraude valorado en 7.200 millones de euros.
Este tribunal también le consideró culpable de presentar cuentas falsas al mercado para ofrecer una imagen positiva de un banco que ya atravesaba graves problemas financieros.
Drumm, máximo dirigente del Anglo entre septiembre de 2005 y diciembre de 2008, insistió durante el proceso en que nunca manipuló las cuentas "intencionadamente".
Tras abandonar el Anglo Irish Bank, Drumm se instaló en Estados Unidos en 2009, pero al ser reclamado por la justicia irlandesa las autoridades de ese país le extraditaron en 2016.
Boom de la construcción
Durante el "boom" de la construcción en Irlanda, el Anglo se convirtió en el prestamista preferido de ese sector por su facilidad para conceder créditos de alto riesgo, lo que generó deudas multimillonarias cuando estalló la burbuja en 2008.
Su colapso llevó al Estado irlandés a nacionalizarlo en 2009 y a invertir más de 30.000 millones de euros en su rescate, lo que obligó al Gobierno en un año, ahogado por la deuda, a pedir un programa de ayuda a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 85.000 millones de euros, abandonado con éxito en diciembre de 2013.
Como parte de la reestructuración del sistema bancario irlandés, el Gobierno de Dublín fusionó el Anglo y el Irish Nationwide, y ambos se cerraron definitivamente en 2013 a través de una entidad llamada Irish Bank Resolution Corporation.