El presidente de Telefónica, César Alierta, no ha querido arriesgarse esta vez a perder una operación tan deseada como la compra del operador móvil alemán E-Plus, máxime cuando enfrente tenía al peor de sus enemigos, con el que ha librado ya muchas batallas en el sector de las telecomunicaciones latinoamericano.
El multimillonario mexicano Carlos Slim siempre suele guardar un as en la manga cuando se embarca en operaciones de compra a través de su emporio de telecomunicaciones América Móvil. Alierta le conoce y le teme. Por eso, y para evitar sorpresas de última hora, el presidente de Telefónica, esta vez, se ha ganado el apoyo de su feroz competidor para sacar adelante la operación, aunque eso le cueste unos 510 millones de euros más a la operadora española.
El calendario ha sido el que ha marcado el devenir de la operación. KPN había manifestado por activa y por pasiva desde el pasado julio que su joya alemana, E-Plus, era para Telefónica, que se había comprometido a pagar por ella 5.000 millones de euros en efectivo más un 17,6% de las acciones de Telefónica Deutschland, filial alemana de la operadora española, lo que además de ser una operación redonda para la holandesa le permitiría volver a repartir dividendo en 2014.
Slim se había cruzado en el camino al anunciar su intención de lanzar una OPA sobre la propia KPN, de la que ya controla un 29,7%, lo que ponía en jaque la venta en ciernes de E-Plus.
Sobrevolaba sobre la operación la posibilidad de que el magnate mexicano, que consiguió la financiación necesaria con un chasquido de sus dedos, sacara adelante la OPA antes de que KPN vendiera su filial alemana a Telefónica. Así, si Slim controlaba KPN, Telefónica poco o nada podría hacer ante el cambio de los dueños de la preciada joya que perseguía.
La holandesa, aún así, tranquilizó a Alierta y el 21 de agosto emitió una circular a todos sus accionistas en la que no albergaba duda alguna: "La junta directiva y el comité supervisor de KPN han determinado, tras evaluar debidamente los aspectos estratégicos, económicos, financieros y sociales de la transacción, que la operación está en el mejor interés de KPN y de todas las partes, incluidos todos sus accionistas", por lo que "recomiendan plenamente y de forma inequívoca que los accionistas voten a favor de la aprobación" de la venta a Telefónica.
Ese día KPN convocaba junta extraordinaria de accionistas el 2 de octubre para aprobar la venta a la compañía española, pero aún así Alierta seguía sin fiarse.
El temor de Telefónica estaba en que Slim tenía tiempo y dinero de sobra para persuadir a algunos de los fondos de KPN y bloquear la operación en la junta del 2 de octubre
“El temor del presidente de Telefónica y su equipo estaba en que Slim contaba con tiempo suficiente para tratar de convencer a un buen número de fondos internacionales de que se desmarcaran de la petición del consejo de KPN y se unieran a su proyecto. Era difícil porque su OPA sobre la holandesa no se había visto con buenos ojos y había despertado reticencias de la Fundación de la operadora, una institución muy poderosa que vela por los intereses de los accionistas. Pero no sería la primera vez que Slim diera la vuelta a una operación casi perdida y en el último minuto se saliera con la suya”, explica con gran claridad una fuente financiera conocedora del proceso.
Así que, para evitar males mayores, Alierta se batió el cobre con el amigo de Felipe González y ha conseguido, al final, ponerse de acuerdo con su eterno enemigo. No habrá sorpresas en la junta del 2 de octubre, porque este lunes América Móvil ha aceptado apoyar de forma “irrevocable” la oferta de Telefónica a través de su filial alemana, con lo que Alierta se garantiza el “sí” del 29,7% del capital en manos de Slim más el respaldo sin fisuras de todo el consejo de KPN, que ha recomendado el voto favorable a todos sus accionistas.
Telefónica dará un 2,9% más de su filial alemana a KPN o, en su defecto, pagará un año después de la compra unos 510 millones de euros a la holandesa por no venderle este paquete
La paz ha tenido su coste. Telefónica se compromete con Slim a mejorar su primera oferta, de forma que KPN conseguirá el 20,5% de Telefónica Deutschland en lugar del 17,6% previsto.
Esta mejora está valorada en 510 millones de euros, que es el precio que abonaría Telefónica a KPN en el caso de que ejerciera una opción de compra por ese 2,9% que dejaría la participación en el 17,6%. Ese 2,9% vale ahora en bolsa unos 362 millones de euros, pero Alierta pagará esos 510 millones de euros dentro de un año si al final opta por ejercitar la opción de compra.
Esta vez, y sin que sirva de precedente, Alierta y Slim han sellado la paz, eso sí, ha sido en Europa, donde el magnate mexicano no se mueve con la seguridad y autoridad con que lo hace en Latinoamérica. Ahora, América Móvil tendrá que ganarse el apoyo de los accionistas de KPN para sacar adelante en septiembre su OPA por el 70,23% que aún no controla de la operadora holandesa.