Coca-Cola Iberian Partners ha presentado este lunes los resultados de su primer año fiscal completo tras la fusión de las ocho anteriores embotelladoras -siete en España, una en Portugal- que se produjo en el verano de 2013. La empresa ha incrementado beneficios en 2014 un 46,8%, hasta los 311 millones de euros de resultado operativo con que cerró el mismo año en que aplicó un ERE (declarado nulo por la justicia) con el que se desvincularon de la empresa unas 1.000 personas. Este aumento se debe en parte a las sinergias que produjo la fusión, ya que han hablado de un ahorro de costes de 220 millones de euros gracias a ellas.
Las ventas, por su parte, siguieron sin recuperarse el año pasado, aunque también frenaron su caída. Iberian Partners vendió 3.010 millones de euros, lo que la confirma como "la primera compañía del sector de alimentación y bebidas en la Peninsula Ibérica". Su presidenta Sol Daurella, presente en la junta en Madrid, ha dicho que "el proceso de integración era algo ineludible y necesario que ha marcado el punto de partida para la construcción de una compañía dimensionada". A las puertas del imponente edificio de la Torre de Cristal de Madrid donde CCIP tiene su sede, trabajadores de la planta de Fuenlabrada trataban de manifestarse en contra de los planes de la compañía para convertir la anterior factoría en un centro logístico.
Aunque ha tenido que volver a abrir la planta del sur de Madrid tras las victorias judiciales de los sindicatos, CCIP ha defendido su decisión de reestructurarse: "Los resultados demuestran que la decisión de integrar las 8 embotelladoras fue acertada. El dimensionamiento de CCIP y el hecho de haber arrancado sin deuda han sido claves para la generación de beneficios", ha asegurado la empresa en un comunicado.
Un modelo de reordenación
La empresa aún está inmersa en el conflicto con sus trabajadores de Fuenlabrada, pero ya se declara en primera línea para olvidarse cuanto antes de él y arrancar: "El objetivo ha sido fijar las bases de un crecimiento sólido que le permita ser competitiva con un modelo de gestión escalable, y con la máxima eficacia operativa. La integración está permitiendo hacer frente a la caída del consumo y ofrecer oportunidades para competir internacionalmente contra estructuras mejor dimensionadas", ha asegurado. En los últimos años, las fusiones en los embotelladores de la bebida carbonatada han sido una constante, por ejemplo con Coca-Cola Hellenic, la segunda mayor embotelladora del mundo, y que huyó de Grecia por la crisis para instalarse en Suiza.