Contratar servicios de telecomunicaciones es para muchos toda una aventura. Más ahora que la mayoría de los operadores ofrece paquetes en los que se incluyen teléfono fijo, móvil, fibra, televisión...
Un galimatías difícil de resolver, y que muchas veces puede acabar en que el usuario acabe pagando más de lo que debe. O, peor aún, de lo que realmente necesita.
¿Qué ancho de banda necesito?
El ancho de banda, la velocidad de conexión de tu red, se paga en función de la velocidad. El ADSL es más económico que la fibra y si tu uso de internet se va a ceñir a navegar, ver series y poco más, tendrás conexión de sobra con unos 20Mbps. Podrás realizar prácticamente cualquier operación sin problemas. Hay pymes de 15 ó 20 trabajadores que funcionan con ADSL y no tienen problema alguno de conectividad.
Si prefieres contratar fibra óptica porque tu uso es sumamente exigente, ten en cuenta de que con un ancho de banda de 30 ó 50Mbps, que son las conexiones más modestas, navegarás perfectamente por internet, podrás tener televisión y disfrutar de juegos online de forma muy correcta. A veces el operador te ofrecerá más ancho de banda por el mismo precio durante un periodo reducido. Tienes que estar atento a esto por lo siguiente...
Sobrecoste por fin de promociones
Si, por ejemplo, la compañía te ofrece 120Mbps al precio de 50Mbps durante los tres primeros meses, acuérdate de que es posible que, pasados esos tres meses, comiencen a facturarte el coste de la conexión a 120Mbps. Muchas veces no avisan de que se acaba la promoción.
Si no deseas pagar de más, recuerda llamarles antes de que finalice la promoción para evitar sorpresas, y que te la cancelen. Si les adviertes de que no deseas continuar con ella, no deberían facturarte de más.
Permanencia
La permanencia no deja de ser una atadura, pero puede haber a quien le compense. A cambio de una promoción concreta -normalmente atractiva en precio-, los operadores suelen obligar al usuario a mantenerse un determinado tiempo como clientes de la compañía.
Ten en cuenta que el sector de las telecomunicaciones está continuamente lanzando nuevas tarifas. Si no te incomoda lo que implica la gestión de un nuevo contrato, cambiar periódicamente de compañía puede reportarte ahorros. Algo que la permanencia no te lo permitirá hacer.
Que no te den cuota por liebre
El precio de algunas ofertas publicadas por algunos operadores no es en realidad el que luego te vas a encontrar cuando firmes el contrato.
En algunos casos las compañías juegan a no incluir de forma clara la cuota de línea, una tasa fija que cobran y que se destina al mantenimiento de la red sobre la que viajan las telecomunicaciones. Asegúrate de mirar bien la letra pequeña.
Este coste está en 22,9 euros en el caso de Jazztel, 19,99 euros en MásMóvil, 18,1 en Orange y Vodafone, y 17,7 euros en Movistar. Comprueba que la oferta incluye el coste de la cuota de línea para no llevarte sorpresas.
¿Necesito todos los servicios?
Hay diferentes tipos de usuarios. A unos les vale sólo con una conexión a internet y un móvil. Otros necesitan fijo y televisión. Otros quieren sólo el móvil y algún servicio de contenido audiovisual como Netflix o HBO.
El paquete más completo de telecomunicaciones ofrece televisión, fibra, teléfono móvil, teléfono fijo, banda ancha fija y banda ancha móvil.
Aunque estos 'combos' son más económicos, la eliminación de algunos de los servicios puede suponer una rebaja considerable en el precio. Hay operadores, caso de Lowi o Pepephone, que permiten contratar fibra por separado, sin necesidad de que haya teléfono fijo o televisión de por medio, algo que no ocurre con los grandes operadores.
De igual forma, piensa en qué paquete de televisión necesitas: canales, deportes, fútbol, series... O en los gigas que necesitas de navegación en tu móvil. Piensa bien todo aquello que no vayas a utilizar. Escogiendo menos servicios pagarás menos.
Quiero un móvil, ¿regalo envenenado?
Muchas veces se tiende a buscar una renovación o un cambio de contrato para 'sacarle' un móvil al operador. Los operadores regalan los terminales de gama baja, pero te obligan, de nuevo, a aceptar una permanencia, en muchos casos temporalmente por encima de la media habitual. Todo por un teléfono de gama baja. Media, como mucho. En el entorno de los 100 ó 200 euros.
Si quieres uno de gama alta, te lo financiarán, y pagarás lo mismo que al contado pero estarás también obligado a la permanencia. En casos en los que el usuario puede permitirse la compra al contado, es mucho mejor evitar el regalo de un móvil.