Ayer se votó la propuesta de convenio de la banca para rescatar Pescanova y más del 60% de los acreedores aceptó la propuesta del comité bancario. Entidades extranjeras como el HSBC o el fondo Third Avenue que compró la deuda a Santander, han secundado la propuesta, que contempla entre otras cosas una inyección de capital de unos 150 millones de euros en ‘dinero fresco’ y una quita del alrededor de 2.000 millones, frente los 3.000 totales. Los bancos que forman el steering comite (Sabadell, Caixa, BBVA, Bankia o Popular), pasan a controlar la compañía, por tanto.
Así se espera que quede comunicado en breve mediante Hecho Relevante, tal vez hoy mismo.
A partir de ahí, serán los bancos quienes deberán nombrar nuevo consejo y, sobre todo, nuevo equipo directivo en la compañía.
Damm y Luxempart han dejado sus puestos en el consejo y poco menos que se olvidan de la empresa. La compañía cervecera invirtió alrededor de 80 millones de euros, entre acciones y bonos convertibles, que ya tiene provisionados y de los que no tiene gran expectativa de recuperación.
El desencuentro entre bancos y Damm ha sido creciente en los últimos tiempos. Los bancos le han acusado de querer quedarse la empresa gratis y de engañarles en el principio de acuerdo para el convenio anunciado por ambas partes en su momento.
Sin embargo, desde el entorno de Damm apuntan que la banca ha pretendido en todo momento llevar a liquidación a la empresa alimentaria y que se ha encontrado con una auténtica oposición en las entidades financieras para sacar adelante su propia propuesta de convenio.
Viejas cuitas
Dentro del pool bancario, BBVA ha sido una de las entidades que menos predisposición ha tenido a aceptar quitas y no falta quien apunta que ha sido el propio Francisco González quien se ha negado a apoyar que la empresa de la familia Carceller se hiciera con las riendas de Pescanova.
De esta manera, le estaría pasando una vieja factura: la del asalto al BBVA por parte de Sacyr, con Luis del Rivero, Demetrio Carceller (presidente de Damm y accionista de la propia constructora) y Miguel Sebastián como muñidores.
El caso es que, de momento, los bancos van a evitar el proceso de liquidación de Pescanova, pero deberá ponerse a la tarea de manera urgente.
La tesorería del grupo escasea y las filiales de Centroamérica, Chile y Portugal reclaman fondos.