Las peleas en el goberno del PP a cuenta de los fichajes en las empresas públicas se avivan. El último enfretamiento ha sido por el nombramiento del futuro presidente de Enresa, la empresa pública dedicada a la gestión de residuos nucleares, participada por la Sepi (20%), y Ciemat (80%). El bloque de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, que cuenta con el aval del ministro de Industria, José Manuel Soria, están promocionando al ex alcalde del PP de Ciudad Real, Francisco Gil-Ortega. De hecho, todo parece indicar que la reunión de la Sepi, previa al consejo de mañana, aprobará su candidatura, tal y como adelantó Vozpópuli este lunes.
Pero esta decisión ha irritado al propio Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, del que descuelga la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi). Montoro lucha por un perfil mucho más técnico. Así, Francisco Gil-Ortega se impondrá a otros candidatos, como Paloma Sendin, ex consejera del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que acaba de entrar al goloso consejo de Red Eléctrica que preside José Folgado, ocupando la silla que estaba pensada para el marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro. El diputado del PP, Antonio Erias, catedrático de Universidad, doctor en Economía y concejal del Ayuntamiento de A Coruña (1999-2003) también era aspirante para la presidencia de Enresa.
Francisco Gil-Ortiz, próximo a Ignacio López del Hierro, es licenciado en Químicas, profesor de enseñanza media y con una larga carrera política detrás. Gil-Ortega, de 62 años, ha estado tres legislaturas como alcalde del PP en Ciudad Real (1995-2007), senador electo, diputado regional, y desde hace unos meses vicepresidente primera en las Costes de Castilla-La Mancha. El fichaje del presidente de Enresa actual viene fruto de otra pelea de Cospedal con el PP, que recibió la potestad del Gobierno de proponer al futuro presidente de Enresa, un gesto que le vino por asumir en esta comunicad la construcción del almacén de residuos nucleares, que se ubicará en el municipio de Villar de Cañas, en Cuenca.
En enero, puso sobre la mesa el nombre de Porfirio Herrero, el secretario general del PP en Guadalajara, pero su perfil antinuclear produjo un gran revuelo en el PP y tumbó radicalmente esta candidatura. Un político, que se había manifestado públicamente en contra de la ubicación del ATC, e incluso, había abierto un expediente al alcalde del PP de la localidad de Yebra por solicitar la ublicación del ATC, no era el mejor candidato a presidir Enresa, una empresa que se colocará en primera línea de nuevo, con la gigantesca obra del ATC que tiene por delante.
Curiosamente, se podría dar la circunstancia de que Gil-Ortiz llegue a las oficinas de Enresa y su número dos sea una persona que contó con el aval de Crisitina Garmendia, ex ministra de CIencia e Innovación. El número dos de Enresa es por definición el director general de Ciemat, la empresa pública que depende del ministerio de Economía, que dirige Luis de Guindos. Por ahora, Luis de Guindos tiene todavía que hacer el relevo en el Ciemat, que lo dirige Cayetano López, que tomó posesión de su cargo en enero de 2010, y sustituyó al fallecido Juan Antonio Rubio.
Enresa es una compañía que se financia a través de tasas que cobra a las centrales nucleares. Creada en 1984, No tiene ánimo de lucro. Cuenta con fondos propios de 4,5 millones, pero buena parte de estos ingresos se destinan a la Fundación Enresa, donde sus cuentas sufren grandes desajustes. En 2010, Enresa inyectó a la fundación 2,3 millones de euros y perdió 6,31 millones.