Tras el fiasco de Isolux, la siguiente gran refinanciación que ocupa a la banca es la de Duro Felguera. Esta negociación vive fechas clave ante algunos vencimientos y pagos pendientes de la deuda, por lo que la empresa asturiana ha pedido seis meses más de oxígeno, lo que en la jerga financiera se conoce como standstill, según fuentes próximas a la compañía consultadas por Vozpópuli.
Esta petición se debe resolver en las próximas semanas, cuando tome una decisión el G-5 bancario: Santander, BBVA, Sabadell, Popular y CaixaBank. Hasta hace poco era G-6, pero ha salido Bankia tras la amortización de parte de su deuda. Este G-5 ha contratado a PwC como asesor en la operación, mientras que Duro Felguera ha ido rotando de asesores y actualmente trabaja con Rothschild.
Hay varios elementos de los que depende esta operación. La empresa de ingeniería tiene una deuda de unos 300 millones de euros, que tiene complicado pagar por varios contratos que están dando problemas en Venezuela, Argentina y Australia. Por ello, pide a la banca una quita de la deuda a cambio de un plan que contempla la venta de activos no estratégicos por valor de unos 75 millones y una ampliación de capital que rondaría los 100 millones de euros. Para asegurar esta estrategia, la banca exigió el fichaje de José Carlos Cuevas como directivo clave.
Este plan ya está avanzado en algunos frentes, como refleja se ultime la venta de su sede en Madrid, un edificio de oficinas cuyo traspaso podría firmar pronto por un precio de 38 millones de euros. Le asesora para ello la consultora JLL. Este inmueble fue comprado a BBVA por 22 millones, y era donde la entidad presidida por Francisco González tenía servicios centrales como su gestora de fondos y planes de pensiones.
Junto a ello, el grupo asturiano estudia vender activos hasta llegar a desinversiones valoradas en 75 millones. Para ello cuenta también con su sede en Gijón y algunos activos inmobiliarios en Oviedo. Según las últimas cuentas de la entidad, tiene terrenos en Langreo y Oviedo para uso industrial.
Candidatos para el capital
La tercera arista del plan de Duro Felguera es ampliar capital. La cuantía dependerá de lo que consiga de sus desinversiones y de cómo evolucione el negocio, aunque en el mercado se da por hecho que pedirá unos 100 millones de euros. El contacto con posibles inversores está siendo liderado por Rothschild, y entre los candidatos han surgido nombres como el de su rival asturiano TSK y grupos asiáticos como Samsung.
La empresa presidida por Ángel Antonio del Valle Suárez ya reconocía estos planes de ampliar capital ante la CNMV: "La sociedad dominante se encuentra en negociaciones con las principales entidades financieras de su pool bancario para acompasar las necesidades de liquidez y el vencimiento de la deuda a su plan de negocio, así como desarrollando, junto con su asesores, medidas alternativas para la mejora de su liquidez en el corto/medio plazo como son la entrada de un socio estratégico, la realización de desinversiones en activos no estratégicos y la optimización organizativa".
Duro Felguera perdió el año pasado 19,1 millones, una cuarta parte de los 80 millones de números rojos cosechados un en 2015. El desplome del petróleo, la presión financiera y los problemas con los contratos internacionales estuvieron detrás de las pérdidas. La compañía arrastra fuertes pérdidas en bolsa durante los últimos años y cuenta con una capitalización de 177 millones de euros.