"Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana", dice el refrán. El fracaso que supuso la compra de Nokia marcó un antes y un después para Microsoft. Steve Ballmer dio un paso al costado y dejó la dirección en manos del indio-estadounidense Satya Nadella (1967), quien tras 12 años en la compañía, asumió el cargo de CEO en 2014 con el desafío de afrontar uno de sus peores momentos bursátiles.
La era Ballmer había apostado por incursionar en el mundo del harwdare y, en especial, el del monopolio de los móviles, el nuevo espacio de trabajo del mundo profesional tras la irrupción del Iphone en 2007. El primer gran revés tuvo lugar en 2010, cuando Apple superó por primera vez en bolsa a Microsoft, que se vio condenada a una travesía por el desierto. El navegador Bing, Windows Phone y Nokia fueron los puntos más oscuros de una firma dependiente de ordenadores personales que la gente empezaba a dejar de usar.
Fue entonces cuando emergió la figura de Nadella, una estratega del que el mismísimo Michael Corleone se sentiría orgulloso. El nuevo CEO de Microsoft apostó por volver a las bases de la 'familia Gates' pero asumiendo que para crecer, debía tener a sus amigos cerca pero aún más cerca a sus enemigos.
Bajo el paraguas de la plataforma en la Nube de Microsoft que había comenzado a germinar en 2008, Azure, Nadella dejó a un lado la lucha por el monopolio del hardware, de internet y de los sistema operativos móviles, contra las plataformas ya asentadas de Apple, Google, Samsung y Linux, y asumió que debía crecer 'desde dentro de ellas'.
Crecer 'desde dentro' de los rivales
En esa línea, Azure se adaptó a Linux, al igual que el propio Windows, que permitió a sus usuarios más profesionales, muchos de ellos usuarios habituales de Linux, utilizarlo dentro de Windows, algo impensado tiempo atrás. Las soluciones Office - Word, Excel y Powerpoint - hicieron también las paces con los sistemas operativos móviles iOS (Apple) y Android (Google y Samsung).
Los resultados están a la vista. Al cabo de octubre de 2016, las acciones de la compañía de Redmond superaban ya los 60 dólares - un 50% más que cuando asumió Nadella - y batieron el récord anterior, de 1999, cuando Bill Gates todavía estaba al mando.
En el primer trimestre del año fiscal 2019, los ingresos por Azure crecieron un 80%. También crecieron más de un 30% los ingresos de Office y de la red social de servicios laborales LinkedIn (comprada por Microsoft en 2016 por más de 26.200 millones de dólares). Windows también creció, un 3%. Los ingresos de la compañía, en suma, subieron un 14% en el último año fiscal, hasta los 110.000 millones, encarnando Windows y la sección de 'Personal Computing' ya solo una tercera parte del negocio.
Si bien los ingresos siguen todavía lejos de los más de 300.000 millones de Apple, las expectativas son superiores a las de la compañía de Cupertino, expectante aún con sus relojes de salud y todavía incapaz de encontrar una revolución a la que aferrarse ante la creciente caída de ventas del generador de un 60% de sus ingresos, el Iphone.
El último aviso lo dio Wall Street. La empresa de Redmond había logrado ya en octubre de este año superar en valor de mercado tanto a Google como a Amazon, quedando solo por detrás de Apple, a la que finalmente ha desbancado, al menos por unas horas, como la compañía más valiosa del mundo.