El Corte Inglés dio ayer los primeros pasos para reestructurar su deuda, que asciende a 5.000 millones de euros. Reunió, en una 'conference call' a todos los bancos que participan en el crédito, así como a la entidad directora Morgan Stanley, para poner en marcha el proceso.
Toca ahora renegociar una deuda que se reparte entre los principales bancos españoles. Según confirmaron varias fuentes financieras a Vozpópuli, tres entidades acaparan casi el 60% de todo el monto de la deuda. Unos 1.400 millones de euros fueron prestados por el Santander; 750 por La Caixa y unos 700 millones por el BBVA.
Estas tres entidades concentran el 57% de los 5.000 millones. Por su parte, Banco Popular prestó al primer grupo de distribución español 440 millones de euros; Bankia, unos 300 millones; y Banco Sabadell, 250 millones. El resto, hasta completar el monto total del crédito, está en manos de otros bancos y cajas, en repartos de menor cuantía.
Popular prestó al grupo de distribución 440 millones, Bankia, unos 300 y Banco Sabadell, 250 millones
Las fuentes financieras consultadas avanzaron que el grupo y Morgan Stanley han comenzado ya a valorar las mejores opciones para refinanciar la deuda, sus costes y los plazos y vencimientos de pago. Como ya anunció el lunes el grupo, se abrirá la puerta a la entrada en el proceso de "bancos extranjeros y otras instituciones, que han mostrado también su interés" por participar.
Las entidades financieras se plantean si El Corte Inglés está dispuesto a aportar como garantía en la renegociación algunos de sus valiosos y emblemáticos activos inmobiliarios, como los edificios de la madrileña calle Preciados o el de la barcelonesa Plaza de Cataluña, entre otros.
Los bancos están deseando conocer qué activos inmobiliarios del grupo se pondrán sobre la mesa en el proceso negociador
De hecho, el grupo destaca su fortaleza financiera, recordando que el importe de la refinanciación "hay que ponerlo en un contexto donde los fondos propios del grupo ascienden a 7.450 millones y el portafolio de activos inmobiliarios, situados en lugares irrepetibles, tiene un valor de mercado varias veces superior al importe de refinanciación".
Ante este mensaje, los bancos están ávidos de conocer qué activos inmobiliarios concretos pondrá en valor la compañía que preside Isidoro Álvarez. Además, es la primera vez en su historia que se plantea emitir bonos y obligaciones, que serían colocados a inversores institucionales
Otra de las alternativas que baraja el grupo es la posibilidad de "titulizar los derechos de cobro de su cartera de clientes", una iniciativa que según afirma el grupo, "permitiría obtener financiación directa de los mercados como método de diversificación de sus fuentes de financiación".
El grupo ha puesto en marcha todo este proceso porque "entiende que es un momento muy adecuado, dado que los tipos del euríbor están bajos y los mercados ofrecen posibilidades atractivas de financiación a largo plazo".